VALLE  |  Barcelona, 06/02/2018

"Tendrás al galán más alto, más moreno y más viril de Hollywood", le dijo el director a la rubia y célebre actriz Fay Wray. Ella pensó que se trataba de Clark Gable y celebró que por fin le llegara su gran oportunidad. El director nunca la mintió pero la Wray se quedó anonadada cuando leyó el guion.

'King Kong' fue quien le dio a Fay Wray la gran oportunidad que ella esperaba. No. No fue un beso apasionado con Clark Gable. Fue la mirada dulce y el abrazo a una mano de un simio gigante en lo alto del Empire State.

'King Kong, el último abrazo' es la canción con la que acaba el segundo LP, 'Disco nuevo', del grupo BLACK ISLANDS. Un rock and roll garajero y punk de afiladísimas guitarras que nos reitera que "aún no estamos muertos". No hace falta que lo juren. La vitalidad, el dinamismo y la energía de todo el álbum son latidos que a ritmo constante se repiten demostrándolo y haciendo, además, resucitar al que lo oye. Y es que la producción del disco ha debido ser bien preparada a conciencia y nos ofrece, además de un desbordante punk encarnado en la desgarrada voz de alarido y algarada del cantante Javier Adrover con canciones que pueden ser himnos de este estilo como 'Reino animal', una mezcla de estilos guitarreros que van desde el pop en 'Exilio de amor' y en las guitarras de 'Playa interior', pasando por el indie en 'Juventud perdida' y más progresivo en 'Hospital', a sonidos noise y garajeros como en 'Chaqueta de entretiempo' y 'Transfobia'. Da gusto escuchar el sonido metálico y siempre en ascenso del bajo eléctrico de Pedro Martínez en todas las canciones y una potente batería con Dani Rosa que está magistral en el tema 'Ora pro nobis' y que, entre los dos, confieren a la banda una base rítmica sólida pero salvaje. Una banda guitarrera en la que, junto al mencionado cantante, Manu Hego usa todas esas distorsiones y efectos que dan al grupo una contundencia apabullante que no puede dejar indiferente. Musicalmente la guinda a esta sabrosa tarta la ponen las colaboraciones en los coros de la cantante del grupo Tronco, Conxita Herrero, en 'Playa interior' y 'Juventud perdida' (una canción llamada a ser el hit de Black Islands) y la de los miembros del grupo Las Ruinas, Edu Chirinos y Jaime Bertrán, en el tema 'Chaqueta de entretiempo'.

Las letras son espontáneas, protestonas y sociales pero, aunque usan para este tipo de melodías la frase corta y el estilo directo del imperativo y el presente, también son increíblemente descriptivas, metafóricas y sarcásticas.

En definitiva, un trabajo sin complejos, concienzudo y completo que merece todos los aplausos.

Como la actriz Fay Wray, nunca sabremos cómo, cuándo y quién nos dará nuestra oportunidad. Podremos pensar que llegará en forma de galán y, sin embargo, será un simio. Pensaremos que será un vanguardista pero no, será un ser prehistórico. Yo nunca me pude imaginar hace dos años que estaría con las personas que me rodean ahora. No cabía en mi cabeza que pudieran confiar en mí. Estaban atrás. Lejanas. En el pasado. Tan lejos que miraba atrás y ya no las veía. Después, miraba arriba, buscando ayuda en la divina providencia... ¡Qué ciego estuve! No supe mirar. Ellos siempre estuvieron a mi lado.

Black Islands, con este trabajo, tendrán un montón de simios gigantes a su lado. Un buen puñado de merecidas oportunidades que aprovechar. Solo tienen que saber mirar.