JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 18/03/2010

Con el Extratonauta jugando la promoción de ascenso, rápidamente el hueco lo ha ocupado otro festival con nombre propio y registrado: PANORAMA POP. Y como su hermano mayor en ediciones anteriores (sobre todo las últimas) ha recibido el testigo temático y también el millar largo de personas fieles a este sector de música, independiente, sí, pero con posibles. Es buen ejemplo de esas tierras que oscilan entre ser de nadie y de casi todos el de Lori Meyers, que a la espera de sacar su disco gringo se entretuvieron amenizando los entreactos, como Mutantes, que sí aprovecharon para estrenar algunas coplillas de su también inminente nuevo cedé. Y en directo el botón de muestra obviamente es el de los levantinos de La Habitación Roja, que por unos días hasta han sido fugaces perseguidores de Michael Jackson en las listas de ventas. El Panorama traía también otras lumbreras del ramo como Klaus & Kinsky y Pony Bravo al principio, y El Columpio Asesino y Mendetz para terminar.

Los mediterráneos son merecedores del premio a la constancia. De ser un grupo de escasa personalidad en sus primeros pasos (¡les llegaron a llamar Los Cometas!) se han labrado golpe a golpe un sonido propio y conseguido una convincente capacidad resolutiva. Pasito a pasito, bolo a bolo, disco a disco, han ido cohesionándose y cada cierto tiempo hemos sido testigos de los progresos en cada uno de los muchos conciertos que por aquí han dado. El del sábado ha sido el mejor, con la misma diferencia sobre el anterior que aquel de su precedente: un auténtico ejercicio de crecimiento sostenido.

Al Panorama llegaron con formación ampliada por el añadido de un segundo guitarrista/teclista/corista y un violinista; con el cancionero remozado, arreglado con más riqueza (sobre todo en voces), tratamientos y elaboración. Guste o no el material del ahora sexteto, suenan indiscutibles. Canciones ya sabidas y sobadas como 'Esta no será otra canción de amor' ahora con una marcialidad inédita en sus entrañas o el colorido "byrd" de 'Febrero' son unas muestras de la rehabilitación del temario. La cuerda apoya sin reclamar espacio solista, todo lo contrario que el hombre orquesta nuevo, que sí se deja oír tanto en voces, como en colchones de teclado y en la guitarra, sobre todo en esa parte central de su actuación, más o menos por 'La noche se vuelve a encender', 'Posidonia' o 'Nuevos tiempos', con lecturas francamente energéticas. A las dos de la madrugada dejaban su sitio al resto de sus compañeros de cartel tras rebuscar en su fondo de armario hasta sacar la antigua 'Crónico', en su percha desde hace un decenio. La Habitación Roja, suma y sigue.