VALLE  |  Valencia, 23/05/2018

U2 rompió los moldes del rock con su primer disco 'Boy' en 1980. Sin embargo, el merecidamente olvidado 'October', al año siguiente, estuvo a punto de suponer el final de su carrera musical. Sí, es cierto que, durante la gira americana de 'Boy', las letras de 'October' fueron robadas en un hotel de Portland y esto precipitó la grabación. Pero, la verdad, es que todos los malos pagadores tienen una buena excusa y, al final, 'October' fue un disco prescindible que pretendió ser espiritual en las letras y que, musicalmente, solo trató de recalcar y exagerar lo que U2 construyó con su primer álbum. Menos mal que con 'War', su tercer disco y junto a 'The Joshua Tree' el mejor de los irlandeses, todo volvió a la extraordinaria normalidad de una banda irremplazable y fundamental para la música.

Reconozco que he tenido que escuchar varias veces 'Memoria', el último y undécimo LP de LA HABITACIÓN ROJA, porque su anterior disco, 'Sagrado Corazón', me dejó una extraña sensación de posible deterioro y fin de una banda que firmó trabajos tan inolvidables como 'Universal' o 'Fue eléctrico'. En mi opinión, 'Sagrado Corazón' fue el 'October' de un grupo que, al contrario que U2, ya no estaba precisamente en sus comienzos. Así que, la verdad es que no tenía mucha confianza en que hicieran un 'War' y remontaran. Sin embargo, 'Memoria' es un disco trabajado a conciencia con novedosos arreglos que, sin desvirtuar el estilo de La Habitación Roja, proporciona nuevas soluciones a sus melancólicas melodías y a sus progresivas subidas de tono.

'Memoria' sigue teniendo letras con las que uno puede identificarse pero, esta vez, como su nombre parece indicar, tienen muchos rasgos autobiográficos en casi todos sus temas y la crítica, como a mí me gusta, se monta en coche para convertirse en autocrítica. Todo esto, sin restar un ápice de belleza en los textos y, en este sentido, cabe destacar la canción '¿Quién eres tú?' que trata sobre la cruel enfermedad del alzheimer con la que Jorge Martí (letrista, voz y guitarra de La Habitación Roja), como diplomado en enfermería, ha tenido que lidiar.

En el aspecto musical, la novedad es el prolífico uso del sintetizador y la sensación, en algunos temas, de que cada instrumento hace una melodía diferente que empasta perfectamente coincidiendo en un sublime resultado final. Un trabajo más experimental y exigente que ha sido posible gracias a la originalidad en sus ritmos de José Marco a la batería y a la inconfundible y genuina guitarra de Pau Roca. A este nivel, el quinteto lo completan Marc Greenwood al bajo y Jordi Sapena con los teclados y la guitarra.

Aunque los singles elegidos para lanzar el trabajo hayan sido 'Nuevos románticos' y 'Berlín', yo destacaría también el tema 'Nada cambia' porque su melodía se presta fácil para ser cantada a pleno pulmón en la ducha antes de salir un sábado, en el coche durante los atascos de la M40 y, por supuesto, en un momento álgido de sus conciertos.

A pesar de ser un grupo menos mayoritario que Vetusta Morla o Izal, La Habitación Roja, con este álbum, vuelve a ponerse la altura de ellos en los primeros lugares del indie español. Un disco que puede ser especial para los nuevos románticos (definidos en el mencionado primer single), para nostálgicos empedernidos, para almas sensibles que ahora caminan a contra corriente y, sin duda, podría ser el esperanzador anticipo para los que, sonriendo, sueñan con la vuelta de Supersubmarina.

Por mi parte, 'Memoria' también me ha servido para volver a reconciliarme e ilusionarme con La Habitación Roja porque, como U2, tras un 'October' han sabido hacer un 'War'.