VALLE  |  Madrid, 17/12/2017

Cristina es una estrella. Una mujer admirable a la que le fue detectada la enfermedad comúnmente llamada de "los huesos de cristal" y, desde su primera y complicada visita al quirófano, se quedó inválida en silla de ruedas. Tras esta operación vinieron muchas más. Su familia dejó de contarlas cuando iban por 33. Ella, con un enorme sentido del humor que a todos asombra y una amplia sonrisa, saluda siempre a sus médicos diciendo "aquí llega vuestro conejillo de Indias". A sus 38 años, nada le impide perder la esperanza ni tampoco trabajar haciendo bolsos con sus manos que luego vende en Internet. Precisamente por Internet conoció a su marido Rafael que vino desde Canarias para vivir con ella y, a través de un vientre de alquiler, Cristina es también madre de una niña de cinco años. Según todos, la fortaleza y vitalidad de esta mujer es desbordante. Un ejemplo a seguir y, aunque no la conozco, estoy convencido de que también sabrá disfrutar de la buena música como 'Centauros', el último disco de TULSA.

Tulsa, el grupo de Miren Iza, nos deleita con un sensorial y singular LP con diez temas de un pop electrónico de indefinible categorización donde en la parte instrumental dominan los teclados y sintetizadores con unos arreglos futuristas, novedosos o poco escuchados en su género que ensalzan el tono y la melodía vocal de una gran Miren Iza. Tulsa nos hace viajar hacia un minimalista y sugestivo pop creando la atmósfera apropiada para lucir unas melodías únicas. Miren es consciente de haber compuesto 10 grandes canciones y, desde sus últimos trabajos, ha evolucionado a este estilo propio para dar más protagonismo a su voz limpia y, a veces, bañada en melancolía con la que es capaz de interpretar cada sentimiento que quiere transmitirnos en cada uno de los temas. Como podéis ver por el título del álbum, usa animales mitológicos y reales para desde esa fauna describir nuestra cotidianidad. Miren Iza es una prolífica escritora-compositora y, a pesar de los arreglos electrónicos que hacen destacar lo que ella quiere, da la impresión de que compone artesanalmente y uno diría que escribe esas letras, muchas veces desoladoras, especialmente para ella. Hablándose a sí misma o en diálogo con alguien o algo pero usando las mismas palabras que debería o se atrevería a decir en esa situación en la que se plasma su universo de oportunidades perdidas, nostalgia, desengaños y también de valiente crítica, a veces rayando en lo irónico, del machismo y de la dependencia y miedo que, sin duda, se origina en una relación de maltrato.

En definitiva, Tulsa, con 'Centauros', consigue un álbum lleno de sensaciones con un sonido y resultado sobresalientes que estoy deseando escuchar en directo el próximo 1 de febrero en el Ochoymedio de Madrid.

Cristina, esa gran mujer llena de vitalidad, no va a poder ir al concierto de Tulsa. No. Pero no por la silla de ruedas o lo delicado de su enfermedad. Cristina no asistirá porque, el pasado mes de febrero, su marido la asesinó brutalmente asestándole veinte puñaladas. Ahora Cristina es un número. La número 7 del 2017. Solo su hija de 5 años sabe quién es realmente su madre y, por las noches, señala al cielo y dice "ahí está mamá" porque Cristina... Cristina es una estrella.