VALLE  |  Jaén, 11/12/2017

Hubo un tiempo que necesitaba volar y, a mis veintipocos años, conseguí alejarme lo suficiente como para dejar de ver olivos. Se ve que me estoy haciendo mayor y, ahora que vivo lejos de mi tierra, cuando me voy acercando a mi Jaén y empiezo a vislumbrar su ejército de olivos en formación, me siento a salvo y resguardado entre mi gente.

Con la edad, está claro que lo que necesito, busco y quiero es encontrarme. Callejeando por Jaén, me descubro, me encuentro.

También he vuelto para encontrarme con RADIO FOCACCIA en el concierto acústico que han dado en el Gloria Bendita Gin&Café de la capital mundial del aceite. Hace un par de semanas, en la reseña que les escribí sobre su último EP 'Eterno', me declaré "enemigo acérrimo" de la banda jiennense con el único propósito de estar al pie del cañón y así poder vigilar todos sus movimientos. Lo prometido es deuda y allí que me planté para conocer a mis queridísimos enemigos en directo.

Radio Focaccia decidió empezar fuerte con su pegadizo y contundente 'Emperador', uno de los temas que podría perder más en su versión acústica pero no fue así gracias a que Julio Álvarez, con escobillas en lugar de baquetas y sin bombo como corresponde a la percusión en este tipo de conciertos, supo imprimir desde el principio un ritmo intenso. Salieron motivados ante su público y, como nos piden en la canción, tuvimos que respirar hondo augurando una noche inolvidable que siguió con el tema 'Fénix' que da nombre a su primer EP y continuó con 'Pirámide invertida' que no está recogida en ninguno de sus trabajos aunque es uno de los temas más antiguos del grupo y donde Miguel Collado empezó a destacar dando ritmo y contundencia a sus teclados.

'Uranio' fue el siguiente tema y me sorprendió comprobar que, incluso en canciones de su último EP, el público respondía cantando y se sabía toda la letra. En esta canción empecé a comprender el estilo de Radio Focaccia. Ví que era una maravillosa mezcla heterogénea que funciona. Ví que cada componente aportaba una diferente influencia musical. Así empecé a darme cuenta de que Estéfano Serrano con la guitarra es muy culpable de los fantásticos cambios de potencia, sello del grupo, ya que combina con naturalidad arpegios melódicos y ritmos de acordes mayores. También de que Nicko Bustamante, el bajista, aporta siempre una base rítmica muy rockera que cohesiona y da esplendor al grupo. Tras 'Uranio', repasaron tres temas de su EP 'Feroz': 'Creer', 'Feroz' y 'Falsa Euforia'. Con la canción 'Feroz', todo el público terminó entregándose a Radio Focaccia, levantándose y contando hasta tres como dice la letra.

Y así continuó el respetable hasta el final con un repaso a su último EP, 'Eterno'. Tocando las canciones 'Caos', 'Eternidad', preciosa melodía y letra que llega y nos hace soñar,  y la charlestonera y muy pegadiza 'Electricidad' con la que acabaron y donde Mery Espinosa, la vocalista, desplegó toda su sensualidad. La actuación de Mery merece un capítulo aparte que ahora abordaré cuando termine la crónica del concierto.

El público, entregado, pidió con ganas otra canción y Radio Focaccia había guardado la maravillosa 'Espuma y Cerveza' de su álbum 'Feroz' con la que terminaron de enamorarnos totalmente.

Vamos con el capítulo Mery Espinosa: Mery se nos presenta con una blusita negra con el rosado logo de Barbie pero también con maquillaje oscuro, pelo suelto y anillo en el pulgar a lo niña rebelde. Esta cuidada imagen no es casual e intenta advertirnos del despliegue de matices que vamos a presenciar. Desde el primer acorde, Mery se transforma y se conecta a su música, a su mundo. Esto hace que su presencia postural sea siempre perfecta, la idónea con lo que escuchamos en ese momento. Mery está constantemente transmitiendo aunque no esté cantando. De hecho, este humilde redactor tenía problemas para apartarla y ver qué hacía el resto de la banda. Ella puede pasar de la dulzura a la fuerza en un segundo y hacérnoslo llegar. Su entrenada voz que, incluso mejora en directo, también contiene todos estos matices. En su trato con el público es graciosa, coqueta y muestra su ilusión contagiándonos. Su baile y sus movimientos libres y sincrónicos nunca camuflan su valentía y su pasión. Todo esto se resume en que Mery nos hizo volar porque ella ya vuela.

Y todo esto me lleva a que ha llegado el tiempo en que Radio Focaccia vuele. Vuele de una ciudad que, aunque hermosa y segura, nunca les dará las oportunidades que ellos buscan para seguir creciendo y triunfando. Jaén nunca ha reconocido sus valores musicales y espero que la banda de Mery se aleje lo suficiente como para dejar de ver olivos. Tiempo habrá después para volver a descubrirnos y a encontrarnos callejeando por sus calles.