VALLE  |  Madrid, 05/12/2017

"Con miedo en el cuerpo, no sirve de nada.

Si tienes más tiempo, más miedo que pasas.

Viviendo con miedo se quiere a las máquinas,

se reza a los santos o a las matemáticas.

Se entierran los sueños y... pasas las páginas"

Este maravilloso texto pertenece a la canción 'Viviendo con miedo' del álbum 'Están ustedes unidos' de la gran banda ELADIO Y LOS SERES QUERIDOS. Yo viví durante un tiempo con miedo. Al principio el miedo es una rubia de bote y, como se hace la tonta, te confías y te dejas llevar mientras se apropia de ti. Te dejas llevar porque el miedo adora la rutina pero siempre está alerta a lo que pueda venir. Por eso el miedo, aunque nadie venga a tomar café, te hace fregar los platos justo después de comer. Y es que el miedo detesta las conversaciones de sobremesa en las que, con el estómago lleno, puedan surgir nuevas ideas y proyectos que, por miedo, nunca se hacen.

El miedo te atrapa desnudo. Te hace creer que tienes frío y te compra ropa. Pero no te viste, te disfraza. Porque el miedo, para poder engañarte, siempre cambia sutilmente el significado de los verbos por otros parecidos. Por eso, para que no lo sientas, se sienta siempre a tu lado. Por eso, el miedo no ama, amenaza. Hasta que por fin un día, despiertas. Ese día eres tú el que cambia los verbos y cansado de que amenace, amanece. Ese día te separas del miedo y ya solo piensas en él para preguntarte: "¿Por qué he perdido tanto tiempo viviendo contigo?" Entonces, vas al concierto presentación del quinto LP, 'Historias de caza', de Eladio y los Seres Queridos, y Eladio empieza con su canción 'Tormenta' y responde cantando dulcemente a tu pregunta... "No la vi llegar. Dejé la ventana abierta. Dejé la lluvia entrar. Dejé entrar la tormenta".

Tras esta imprescindible y bella 'Tormenta', no llegó la calma y la gran banda de Vigo continuó empapándonos de sentimientos con otra tormenta, 'La tormenta y tú'. Las canciones entraban armónicamente en las entrañas. Entre muchas razones porque Eladio Santos (voz, guitarra, compositor y carismático líder del grupo) sitúa su meñique y su anular en la primera y segunda cuerda de su guitarra para crear acordes y secuencias más melódicas. Después alternaron preciosas canciones de su último trabajo con canciones de su álbum 'Orden invisible'. Así tocaron 'Historias de caza' (que da nombre al disco), 'Los dinosaurios', 'Carlota se fue' y 'Bella durmiente'. Marcos Vázquez a los teclados soldaba impecablemente todo el talento del grupo y creaba la perfecta ambientación.

Y entonces llegó el turno de los amigos y colaboradores del grupo que sumaron más magia al evento y se convirtieron en otros dos seres queridos de Eladio. Jorge Ojea (guitarrista de Luz Casal) iluminó la escena con genialidad combinando arpegio y punteo cuando Eladio preguntaba "¿quién encendió las luces?" y se respondía "algún iluminado". En este caso, Jorge fue el iluminado. Tras Jorge subió Pablo Perozo que por culpa de su último y radiante proyecto ahora ya es Pablo Lesuit. Él puso frescura y preciosismo con el ritmo de su guitarra, su voz y sus coros en alto a la ya preciosa canción 'Ella'.

Luego hicieron un impactante repaso por canciones de sus primeros discos y sonaron 'España a las 8', 'Miss Europa', 'El tiempo futuro', 'Non quero perderte' y 'Con el corazón en la mano' donde parecía que ya habían llegado a la cúspide con el maestro David Outumuro dando más potencia si cabe a su magistral batería y sorprendiéndonos con insospechados arreglos en los cambios con los que uno alucinaba. Maestro no solo porque lo demuestra en cada golpe de baqueta o escobilla sino porque además lo es, literalmente, de percusión en el Conservatorio de Pontevedra. No voy a olvidarme ni mucho menos de uno de los bajistas más completos que he visto. El bajista que todo músico quisiera tener en sus filas: Óscar Durán "Uka".

Pero no, no habíamos llegado a la cúspide. Faltaba ponernos el bello de punta con la balada 'Viviendo con miedo', con la que tenía que abrir esta crónica, y faltaba convertirnos a todos en gallegos con dos temazos de su álbum 'Cantares' (disco de canciones tradicionales gallegas) 'Fonte do Araño' y 'Agardarei' donde volvió a lucir Jorge Ojea acudiendo presto a la llamada de auxilio de Eladio con la canción ya empezada. Eladio, a estas alturas, canción a canción, cada cual mejor, ya nos había enamorado a todos. No solo porque parezca que tiene domada la guitarra para que suene exactamente como quiere, ni por su voz aterciopelada y rica en matices, ni tampoco porque cada canción en directo parezca una obra de arte por letra y música. Nos conquistó también su desparpajo, su cercanía y sus tablas. Hablando con su público como en el salón de su casa y aceptando sin problemas cualquier petición. Como en el caso del siguiente tema donde nos sorprendió a todos con una cumbia llamada 'Cariñito' que nada tiene que ver con el rock de autor de la banda. Eladio, antes de aceptar la petición y consciente de dónde se metía, preguntó con humor si había algún crítico musical en la sala. No, Eladio, no había ninguno. Te lo digo yo. Todos nos habíamos rendido ante vuestro directo y esa cumbia, perfectamente tocada e interpretada junto a Pablo Lesuit de nuevo en el escenario, fue bailada y disfrutada por todo el público.

Consciente de que, además de ser musicalmente y en directo una banda enorme, son un grupo sin miedo a nada. El colofón no podía ser otro que Lorca con 'La leyenda del tiempo'. La canción que adaptó Ricardo Pachón al poema del gran poeta granadino para que lo popularizara Camarón. Eladio y los Seres Queridos la saben llevar a su estilo y suena guitarrera y potente para terminar como terminan los grandes.

Eladio y los Seres Queridos son una banda que fundamentalmente disfruta de su música. Sus directos son impecables, potentes y cálidos. Sus canciones son maravillosas en todos los sentidos. Este nivel, aplicable a todas las facetas de la vida, solo es alcanzable cuando no se vive con miedo.