JAVIER ROSA  |  Ourense, 13/06/2011

Uno siempre llega a un festival completamente desconocido con la pregunta, tantas veces formulada, del qué pasará y del qué encontrará. Pues bien, en este caso particular uno sale de ese lugar completamente desconocido con la teoría de cómo ha sucedido y de qué y cuánto ha dejado atrás.

Atrás no deja más que un saco de grandes momentos, recuerdos imborrables y el sabor de haber formado parte de algo completamente atípico. El cómo sucedió todo esto no es más que una pregunta sin respuesta aparente.

Y es que en O Barco de Valdeorras, un pequeño paraje desconocido para el viajero se ha gestado la cuadratura del círculo más subliminal. Cuatro amantes de la música -que ponen en marcha un proyecto atípico donde los haya- y crean la Primera Romería GastroPop del Mundo. Un encuentro entre bandas y un rey absoluto, el Pulpo. Todo ello con un sentido completamente único, la diversión en palabras mayúsculas.

Y claro, ¿quién podría llevar el timón de semejante despropósito? Nada más y nada menos que un Tony Lomba, que lejos de achantarse por su talón de Aquiles roto, hizo de la rehabilitación un arte con mayúsculas. (Aprenda de aquí el gremio de terapeutas).

Viernes 3

Tony Lomba y su atril fue la máquina perfecta y el gran maestro de ceremonias de una máquina que arrancó el viernes con los locales Trasnochando. Jugando en casa y frente a un público que comenzaba a llenar el malecón del río Sil.

Llega el turno de demostrar por qué los Ramones son de esas bandas que nunca morirán, y es que los coruñeses Monchos iban a poner el "guanchufrifor..." nota tras nota. Tremenda descarga de Rock'n'Roll de Jano y los suyos.

Stereotipos llegaban a O Barco con muy buenas críticas y que demostraron una actitud inmejorable sobre el escenario.

Entrada la noche aparecieron Munich. Los de Vigo acertaron de pleno con un setlist tan íntimo como afi­lado, repleto de melodías persuasivas y de acidez emocional. Una banda que se pondrá inmediatamente a preparar las canciones que conformarán primer álbum.

Pasadas las 2 de la mañana entraba en juego Lagartija Dj que hizo de su set la mejor de las camas sonoras desde donde los Pulpers se dejaban llevar.

Lo de Rober Bodegas sigue sin tener nombre. ¿Es un crooner?, ¿Acaso un electro-crooner? ¿o es sencillamente eso que todo ser ávido de sensaciones necesita cuando quiere simple y llanamente BAILAR? Rober es un showman tranquilo, de apenas una pulsación por minuto, sonrisa perpetua y que se crece por minutos. Un tipo llegado del otro lado de quién sabe dónde para enchufarte la dosis de saltos necesarios. Rober es único.

No había más, la ruleta del primer día en el PULPOPOP 2011 sentó la bola en el 8 rojo sabiendo que lo del sábado iba a ser memorable. Todo ello porque lo del viernes lo rozó una jornada de "¡pinche pulpo y moje, oiga!"

Sábado 4

Había rumores de que quienes habían montado todo este tinglado estaban mojando pan en aceite pulpil desde bien tempranas horas. Y es cierto, a eso de las 13:00h. la explanada del Malecón ya olía a Pulpo y rezumaba ­fiesta. Eso era PulpoPop en esencia pura...

¿Qué tiene este festival que no tengan otros? Apenas unas 100 cosas. ¿Que quieres degustar platos únicos bajo un sauce llorón acompañado de Tony Lomba y escuchando a Tachenko probar sonido? Pues eso es PulpoPop, ¿Qué te apetece refrescar nalgas escuchando Moogs? Eso también es PulpoPop.

Rozaban las 6 de la tarde cuando arrancó de nuevo el escenario. Y todo con una expectación inusitada por ver al trío de O Barco, Buckowski Trio y su blues-rock hendrixniano quienes ambientaron una tarde que predecía tormenta.

Y para tormentas estaban Disco las Palmeras!. Con ellos arrancaría la locomotora sónica y de todo lo que allí sucedió la noche del sábado. Y es que lo de DLP! es algo completamente anacrónico. Por momentos te bañas con shoegaze puro y ambiental frente a ti y por momentos sientes que te pasa un autobús repleto de gente en llamas justo por encima.

Llegados del Primavera Sound, el trío gallego supo dotar de más electricidad sonora a los rayos que por ese momento comenzaban a caer por O Barco. Esa fue la comunión magnética e idónea entre la banda de Diego Prieto y los suyos y quienes estábamos allí, sin duda alguna.

Y los rayos volvieron a dejarse ver cuando Eladio y los Seres Queridos arrancaron. La banda reunió al personal -Lomba y Bodegas incluidos- frente al escenario en una mezcla de rito chamánico al son de una danza de lluvia. Aquél fue un momento que perdurará durante mucho tiempo entre quienes disfrutaron de un Eladio y unos Seres verdaderamente Queridos por O Barco.

Temas de 'Esto es lo que tienes delante' (2007) y de su brillante segundo larga duración 'Están ustedes unidos' (2011) fueron sonando (ya pasada la lluvia) con un magistral Tarci Ávila a la guitarra y un David Outumuro en línea trasera a la batería, ambos en estado de gracia y que daban aún más sentido a un setlist verdaderamente mágico y cargado de pop con letras mayúsculas. Eladio es muy Querido y sus Seres verdaderamente mágicos.

Pasadas las 21:00 aparecieron los hijos predilectos de la ciudad de Valdedoras. Tachenko hacen gala de oriundos por estas tierras y ese es el verdadero privilegio para un festival como éste. Los zaragozanos son una banda de melodías sencillas y efectivas, de matices divertidos y de letras que redondean estructuras pop perfectas.

La Habitación Roja prepararon un menú absolutamente delicioso para el PulpoPop y vinieron para quedarse para siempre al igual que Tachenko. Arrancando con 'Scandinavia' y repasando pasito a pasito éxitos de su ya extensa carrera, los valencianos sabían que jugaban como en casa y eso se notó. Perfecta noche de pop en O Barco.

Pasaban las 2:00 cuando un público con ansias de más esperaba a Colectivo Oruga, cuando un MAGISTRAL -con palabras mayúsculas- Tony Lomba acompañado de unas singulares coristas o ¿"Pulpettes"? Sergio Vinade incluido en el pack, señora!, ejecutan la más de las lisérgicas 'Let the sunshine in'. Aquello fue el principio de lo que acabaría siendo la noche más mágica y apoteósica que uno pueda recordar de cuantas vive a lo largo de la época festivalera estival. Lomba y las Pulpettes lo dieron absolutamente todo, querían morir de éxtasis sobre el escenario y poco les faltó, asumo.

Así dejaron todo limpio sobre el trono electrónico que sería la actuación de Colectivo Oruga. Esto es una revelación y ya uno no sabe si de los mismísimos ángeles celestiales o del otro lado, pero Colectivo Oruga saben darte al "on" de tu bulbo y sorprenderte con algo muy difícil de encontrar hoy, y esto es la más pura creatividad sonora y escénica. Fue ese factor sorpresa para los que allí nos encontrábamos lo que nos impregnó del "ritus sonorus" de los de Ponteareas. Estar programados para Primavera Sound, Sónar y ser uno de los nominados a mejor banda de música electrónica en los Premios de la Música Independiente 2011 hace que Colectivo Oruga sean uno de esos referentes actuales y no sólo por el hecho de estar nominados sino porque hay que tenerlos sobre el "stage" para darse cuenta de hacia dónde puede llegar su música. Más aún si tienes la suerte de tenerlos esa noche en O Barco. ¡En pie todo el mundo!

Y ahora griten, rásguense las camisas y prepárense para una unión única entre música y platos. Johann Wald y Estudio 3 se encargaron de hacer bailar entre Stones, Puritans y Cut-Copy's en una noche que no podía acabar de otra forma que con un Maestro de Ceremonias como Tony Lomba acompañado con todo el plantel de bandas sobre un escenario a ritmo de lo que acabaría siendo la banda sonora de nuestras vidas.

Y es que 'PulpoPoooop... oh puuulpoooooo', vease como B.S.O. acabó convirtiéndose en ese estribillo perfecto para un ­fin de fi­esta de lo que, quienes estuvimos por tierras gallegas, difícilmente podremos olvidar.

En defi­nitiva y remitiéndome a lo que un crítico dijo hace ya muchos años: "No es un gran festival, no es una gran romería, NO SE LO PIERDAN".

¡Larga vida al PulpoPop!

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