ARTISTAS, GRUPOS...:
Kyle Eastwood | Quentin Collins | Brandon Allen | Andrew McCormack | Chris Higginbottom
GÉNEROS, ESTILOS...:
SALAS, FESTIVALES...:
Festival de Jazz de Granada | Teatro Isabel la Católica
SELLOS, DISTRIBUIDORAS, EDITORAS, PROMOTORAS...:
GEGSA | Ayuntamiento de Granada | Diputación de Granada | Oficina Técnica. Festivales de Jazz | Jazz Village | Harmonia Mundi | [PIAS]
El bajista Kyle Eastwood fue el encargado de inaugurar el programa central del 38º Festival Internacional de Jazz de Granada, en un concierto en el que presentaba su muy reciente álbum, 'In Transit', editado por Jazz Village. Juan Jesús García nos lo narra.
Minutos antes de comenzar el concierto de KYLE EASTWOOD en el Festival de Jazz de Granada atendía a un especial de televisión y recibía la invitación para inaugurar el reconstruido cementerio de la película 'El bueno, el feo y el malo' en Burgos, sí, no en Tabernas. Y es que llevar ese apellido marca para siempre. Él, por su parte, intenta que su nombre cuente más que su apellido trabajando a pie de escenario su devoción por el sonido histórico del bop y dando conciertos la mar de degustables.
Ya en Almuñécar demostró que tiene muy buenos mimbres, que disfruta de su oficio y que vive cada nota que toca, rodeado de unos compañeros absolutamente cómplices, ya que él busca hacer una piña con sus socios y dar conciertos redondos, no hacer una jam. Algo que se percibe en la absoluta compenetración y en las miradas de equipo, sobre todo hacia el baterista y pianista, los tres con mucho cometido y responsables de sujetar el ritmo en una suerte de standby, manteniendo el tema en muchos momentos para que los metales (o el batería) soleen a placer. Ni que decir tiene que siendo el bajista líder, su instrumento estuvo en primera línea de la mezcla, algo muy de agradecer y que no siempre ocurre. Su concepto musical rememora los tiempos gloriosos del jazz de sellos como Impulse! o Blue Note, en los originales, o en las sucesivas reencarnaciones de los setenta y noventa. Sonaron con perspectiva de club y brillantez contemporánea, con pulcritud amable y hermosas propuestas.
Abrir un festival que cierra Ron Carter, para un bajista debe ser algo emocionante, y aunque no hay comparación posible aún, el quinteto de Kyle se ajusta a una idea y la llevan a una práctica que el público goza. No hubo estridencias ni salidas de madre o desparrame "libre", que lo suyo se mira en espejos muy anteriores, sino corrección entusiasta y buen hacer.
Tocaron casi todo su disco 'In Transit', alternando el baby acústico con el eléctrico (bastante "pastoriuzado" éste, por cierto) y los metales al frente como corresponde a un quinteto de libro, con intervenciones asequibles, riffs de los que se tararean y sabor a barrica añejada. El saxofonista aportó robustez con el tenor y sorprendió el trompetista (y flisconista) por algunos guiños panhispánicos. En 'Marrakesh' sobrevolaron con misterio el Magreb (con un final a trío de piano muy nutritivo) sin hacer noche en "Tunisia".
Hubo, como regalo, presentado en imperfecto y esforzado castellano, una 'Andalusia', pieza antigua "homenaje a los músicos andaluces" dijo, cuya melodía podrían firmarla Falla o el Chick Corea más nuestro; eso sí con un solo de trompeta más bien de por Río Grande. Para los más cinéfilos hay que señalar su sensibilísima adaptación del tema central de 'Cinema Paradiso', si bien el préstamo de Charles Mingus 'Boogie stop shuffle', sobre un tiempo muy veloz, bien podría ambientar una persecución nocturna de Harry el Sucio por San Francisco. Hay conciertos que no salvarán el mundo, pero aseguran hora y media muy placentera, éste lo fue, y el respetable supo agradecérselo con una generosa ovación.
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Prometemos no ponernos pesados... ;)
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