JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 20/07/2017

Quien ha visto alguna vez a HIROMI UEHARA ya no la olvida, y aquí la hemos estado siguiendo prácticamente desde que editó su primer disco hace catorce años, cuando, con 24, dejó ojipláticos a los que asistieron a su primer concierto en el Teatro Alhambra de Granada. Parece un personaje de cómic, una marcianita que apenas llega al borde del piano y que cuando comienza el concierto enciende sus superpoderes en una incontrolable explosión de energía (entonces, ahora ya también gradúa su "fader" interno). Le gusta el pop, le gusta el rock progresivo, el cómic, adora a Jackie Chan, ha estudiado clásica, puede tocarlo todo con una facilidad pasmosa sin fallar una nota... y lo contagia.

En sus primeros discos, hacía patente su deseo de sorprender a las audiencias con sus flamígeras mezclas de Franz Liszt, Chick Corea, Johann Sebastian Bach y Ahmad Jamal ("y dos pianistas que escucho desde niña: Erroll Garner y Oscar Peterson; pero la persona con la que me hubiera gustado haber podido tocar es Frank Zappa"). Los siguientes fueron la confirmación definitiva de su talento, que necesitaba al lado para sujetarla personajes de altísimo peso especifico como los bajistas Staley Clarke y Anthony Jackson, o Simon Phillips (baterista de The Who ¡¡y Judas Priest!!). Desde 1999 vive en Estados Unidos, a donde se mudó para ingresar al Berklee College of Music y es la reina manga del jazz mundial.

Pero tras esos titanes que hemos mencionado, auténticos Panzers en formación, Hiromi ha cedido ante el encanto de un inusual instrumento en el jazz como el arpa, aparentemente el polo opuesto de sus formidables teclados. Y a Jazz en la Costa viene con el colombiano Edmar Castañeda, un virtuoso y espectacular arpista que ha cambiado el estereotipo delicado y etéreo de ese instrumento ("se imaginan música para dormir, música para ángeles o algo por el estilo. Ya cuando ven cómo es la cosa, cambian de opinión"). Dotándole de una fuerza y unas posibilidades inauditas: de él se ha dicho que toca el arpa "como si fuera una Fender Stratocaster". Su maestría dentro del jazz y la música improvisada le ha servido para ser reclutado en directo o estudio por nombres de la enjundia de Marcus Miller, John Scofield, Paquito D'Rivera o Wynton Marsalis.

Del debut de este sorprendente dúo piano/arpa (que tampoco están tan lejos: el piano lleva un arpa dentro) en el neoyorquino Blue Note fue "inesperado e impulsivo... El público estaba fascinado y la música era mágica", según escribió el crítico de The Times.

Y por la noche no se pierdan a otro dúo el que forman Jesús Mata y Jacinto Rodríguez en los trasnoches del festival, el jazz suena en El Majuelo hasta la madrugada.