JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 17/11/2012

"El pianista y compositor Iyer figura entre los artistas de jazz más audaz original de la generación menor de 40 años", escribe Howard Reich en el Chicago Tribune. Nacido de unos emigrantes tamiles en 1971, VIJAY IYER (se pronuncia "VID-jay EYE-yer") es un músico autodidacta basado en el jazz americano y las formas populares, occidentales o no. Elogios similares ha recibido por The Village Voice, el New York Times (dicho esto sin ánimo de polémica) o el New Yorker, siendo elegido en los dos últimos años como un auténtico "crack": ¡Bilboard le concede el galardón de este año sin haber terminado aún el 2012! La amplitud y profundidad de su producción registrada (16 discos) desafían cualquier descripción simple y requiere un dedicado trabajo de extrema concentración.

Y si como compositor y concertista es inabarcable, cabe reseñar que posee licenciaturas en matemáticas y física por Yale, y una Maestría en Física y un doctorado interdisciplinario en Berkeley; curriculum que termina ya de confirmar la excepcionalidad del personaje, que igual produce discos, compone, toca y realiza giras, que da clases universitarias, conferencias, publica en periódicos y revistas o es señalado por la revista Science como una "mente revolucionaria" del tiempo presente por "su impacto en la cultura, ciencia, y humanidades contemporáneas". Hoy sábado actúa en el Teatro Isabel la Católica dentro del Festival de Jazz de Granada.

- Estos días se ha hablado mucho de la importancia en las urnas de las distintas culturas que habitan en los Estado Unidos. Desde su visión de músicos sin fronteras ni razas, y a la vez estadounidense de raíz tamil, ¿cómo contempla este hecho?

- ¿Preguntas por las elecciones? Por lo que concierne a los votantes americanos, creo que la gente vota al candidato que les parece más comprensivo con sus puntos de vista. Romney dirigió una campaña que se convirtió en un debate racial, usando referencias en contra de los inmigrantes para atraer a los votantes blancos, mientras que la campaña de Obama hacía un llamamiento a diversas comunidades desde un principio, ahí es donde radica la diferencia. Como surasiático americano de color que soy, me siento más convencido por el candidato que me acepte como ser humano en igualdad. Yo pertenezco a la primera generación de toda mi familia que ha nacido y crecido en una tierra ajena, pero somos ya una generación de estadounidenses completos que siente pertenecer a una nueva realidad. Musicalmente hablando no hay ni discursión ya, la globalización es absoluta y el mundo está alcance de la mano.

- Comenzó tocando el violín, ¿le escucharemos alguna vez?

- A veces toco el violín con mi hija, que estuvo recibiendo clases durante algunos años. Pero ya no toco en público más. De todas formas, escribo mucho para secciones de cuerda; he recibido algunos encargos como compositor para cuartetos de cuerda y conjuntos de cámara, y mi conexión con el violín puede oírse en mi enfoque compositivo.

- ¿Y cómo se pasó al piano?

- En realidad empecé de niño a toquetearlo, fui poco a poco haciéndome con él y ya en el instituto me incorporé a un grupo aficionado al jazz que fue mi puerta de acceso a este mundo y su historia.

- Dado que fue autodidacta, ¿piensa que la enseñanza reglada forma o deforma?

- Es bueno recibir instrucción para superar las dificultades técnicas de tocar un instrumento. Sin embargo, un artista necesita pensar por él mismo. Al final, el profesor necesita salir de la trayectoria del alumno y dejarle encontrar su propio camino.

- ¿Qué relación tiene con la historia del jazz?, ¿se siente parte de ella o sólo es una referencia más?

- Creo que tras haber grabado 16 discos, sobre los que se ha escrito mucho, puedo decir que soy parte del conjunto. Pero como músico siempre me he sentido conectado con la historia, a mi manera, pero parte de ella.

- ¿Le atraen los instrumentos eléctricos, electrónicos o informáticos?

- Sí, también creo, produzco e interpreto música electrónica, y también toco instrumentos electrónicos, como el Fender Rhodes.

- Un amigo arquitecto y músico asegura que le ha sido muy útil su formación técnica a la hora de hacer música, ¿le sucede lo mismo?

- No sé si es especialmente útil. Muchos grandes músicos no tuvieron esa formación. Pero el arte de la composición requiere mucho volumen de trabajo, y eso no difiere mucho de la arquitectura. Podría pensarse en las posibilidades que las matemáticas suministran para aproximarse a las peculiaridades de la música.

- ¿Se puede resumir la música en vibraciones, longitudes de onda formulas matemáticas y, al final, efectos colaterales de los productos químicos?

- Cuando hablamos de música tenemos que hablar de personas. No puedes condensar completamente lo que es la música sin considerarlo una creación humana aunque admite una posibilidad de analizar el sentimiento.