JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 04/03/2010

En la recta final de la primera entrega del festival Fonorama aparecerá por el Teatro Máiquez (hoy jueves 4, a las 21h) un personaje raro de ver pero de larga carrera, más de treinta años ya: THALIA ZEDEK. Thalia ha militado en una extensa relación de bandas, pero sobre todo es conocida por ser la media cabeza más visible de Come, la célebre marca de grunge con la que estuvo en Granada a medidos de los noventa. Para buena parte de la crítica la intensidad emocional de su música ha propiciado comparaciones con mujeres de leyenda como Patti Smith y hasta con la Joplin más catártica.

Thalia comenzó en Boston sus actividades musicales a finales de los años setenta con el grupo White Women, antes de crear el grupo integrado exclusivamente por mujeres, Dangerous Birds en 1981 que incluyó sus canciones en algunas antologías del sello Sub Pop, que sería poco después la escudería grunge por excelencia. En 1983 montó Uzi, que duró tres años, hasta ser invitada por la banda neoyorkina de rock de vanguardia Live Skull; en los alrededores de ese grupo conocería al ex Codeine Chris Brokaw, ambos prepararon por entonces los temas 'Car' y 'Last Mistake' que supondrían el nacimiento de Come, marca que debutó de largo en 1992, con 'Eleven:Eleven'. La formación acumuló elogios de sus coetáneos más totémicos como Kurt Cobain o Bob Mould, aunque como otros nombres muy elogiados (caso de Yo la tengo por ejemplo) no terminaron de romper la barrera del "culto". Diez años después, con el grupo ya desmembrado, en el castellonés Tanned Tin, revivirían por una noche la intensidad y el llanto y crujir de guitarras de las noches de antaño, como la que pudimos degustar en la discoteca Energía de Churriana en la última gira que hizo el grupo.

Por su parte Thalia arrancó en solitario en 2001 con 'Been Here and Gone' apurando el contrato con el prestigioso catálogo Matador; sin embrago no se ha prodigado mucho, ya que hasta el reciente 'Liars and Prayers' que la trae de gira sólo cuenta con referencia y media. Para tocar este álbum, el primero que suena a grupo e incorpora el término "band" tras su nombre, ha incorporado a Winston Braman en el piano y a Mel Lederman en el bajo, y con esa viola que le da un ácido matiz Velvet está David Curry. Equipo de quita y pon ya que, por ejemplo, en Madrid acaba de dar dos conciertos diferentes, uno eléctrico (como aquí) y otro en plan cantautora.