MIGUEL LOPOTT  |  Madrid, 06/08/2012

No es Halloween, pero no importa, seis difuntos toman el Teatro Alfil de Madrid en pleno agosto para enfrentarnos a una alocada revista musical que explota, a base de psicofonías cabareteras, el más siniestro, mórbido y macabro más allá. ¿Cuál es el umbral entre la vida y la muerte, entre el amor y el odio, entre lo trágico y lo cómico? Pues bien, todas estas preguntas no serán contestadas en este espectáculo sino que tendrá que ser el espectador el que se introduzca en el agónico proceso terminal puesto en escena e intentar buscar los gags de humor, la ironía o la crítica, entre los diecinueve sketchs en escena.

Conducido por José Masegosa, el espectáculo cuenta con un elenco cadavérico de actores habituales de la cartelera musical (Esteban Ciudad -'Peter Pan', 'Quisiera Ser', 'Hoy no me puedo levantar'-, Alberto Sánchez -'Mamma mía!', 'Limas Morgan', 'Cats', 'Los productores'-, Adriana Campillo -'Balansiyya', 'El Testigo'-, Isabel Fonseca -'El Musical de Broadway', Musical monográfico Walt Disney y Adda Gospel-, Carolina Barca -'The King Arthur', 'L'elisir d'amore', 'Don Pasquale'- y Frederic Salvador -'Alicia en el País de las Maravillas', 'La tienda de los horrores'-. Liderado por Esteban Ciudad, veremos en este espectáculo deambular desde el Boogie al Calypso todo bajo el paraguas de la coreográfico de Sonia Dorado. La interpretación y coreografía denota un duro trabajo previo que concluye en unas voces conseguidas y un baile resuelto donde destaca Adriana Campillo y su excelente expresión corporal. La escenografía, modesta, cubre las necesidades de este espectáculo de atuendo gótico. Entre la lírica destacaremos canciones como 'Casarse es la muerte', 'Grave error' y 'No estoy allí'.

Este musical que tuvo su estreno original en The Duplex en el Off-Broadway en el año 1994 (siendo este montaje la primera producción de Macabaret fuera de Estados Unidos), cuenta con la dificultad añadida de que los gags de humor originales del libreto de Scott Keys lleguen con la misma intensidad a un público no americano que es lo que sin duda pretende Isabel Fonseca en su adaptación. Así transcurrirá en algo más de hora y media un tétrico purgatorio ungido por toques de vodevil en envoltorio cabaret la búsqueda del carpe diem como esencia final.