JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 01/05/2012

Recibidos con una pancarta agradeciéndoles su regreso tras una pausa de un año largo (y con alguna cara nueva, y otra ¡y menudo rostro! fuera) los de la Txantrea arrancan una nueva etapa "BARRICADA 2.0" en directo por primera vez, ya que empezaban gira en la sala El Tren de Granada el pasado viernes.

Y no, no es un grupo de (auto)versiones de los navarros, son ellos aunque Enrique Villareal no esté ya. Había curiosidad y más, por graduación hasta morbo, por saber cómo se desenvolvían sin el carismático bajista y cantante. Pero la ecuación se resuelve muy favorablemente con la nueva equis y varios cambios de posición. Es cierto que la imagen se resiente ya que El Drogas, incluso ya rapado, era un tipo cuyas felinas maneras y ese aspecto patibulario de nativo de la isla Tortuga llenaban el escenario, pero a nivel sonoro se las apaña bien Boni cantando, y el aporte, más dulce, de Piedrafita añade nuevas posibilidades. Ander Izeta tras un bajo de metacrilato transparente como para pasar desapercibido aporta también lo suyo en las segundas voces... Y la vida sigue.

Ayuda también un cancionero con una relación de piezas importantes en el rock español y acaso vitales sentimentalmente para una buena cantidad de personas de este país: su primer disco en directo está reconocido como uno de los mejores "lives" que se han hecho aquí, poderoso, agreste, enrabietado y furibundo como debe ser el rock and roll (sub)urbano. E incluso después han añadido otra buena relación de temas que ya son estándares del grupo y carne de cover y tributo.

Abrieron apuntando a dar, como su disco, con nervio y electricidad, como lo dejaron en el Festival del Zaidín, y lo tiene fácil: en sus discos hay canciones inapelables como 'Contra la pared', 'Abrir y cerrar', canciones ya con muchas 'Noches de rock and roll', también urgentes como 'Callejón sin salida' o 'Pasión por el ruido', magnificas piezas de intensidad vital como 'A toda velocidad' o 'Animal caliente'; 'Hasta luego Tensi' es su sentido homenaje a una de las "trece rosas", y, también, estribillos ¿acaso anacrónicos? como sucede con los de 'No hay tregua', y para terminar preparan ese final apoteósico y participativo, deconstruyendo pieza a pieza 'Esta noche', que no por sabido y esperado deja de surtir su vibrante efecto estético. Hay vida tras El Drogas.