ARTISTAS, GRUPOS...:
Willie Nile | Jorge Otero | Alex Alexandre | Johnny Pisano
GÉNEROS, ESTILOS...:
SALAS, FESTIVALES...:
SELLOS, DISTRIBUIDORAS, EDITORAS, PROMOTORAS...:
River House Records | Blue Rose
Extraordinario en energía, entusiasmo y facultades, Nile alternó guitarra y piano, aunque dejó casi todas las partes solistas al vibrante Jorge Otero.
Cuando el arriba firmante ponía en la radio las canciones de WILLIE NILE, a principios de los ochenta, jamás pensó que vendría (él u otros tantos de sus colegas: Jim Carroll, Southside Johnny, etc) a tocar por aquí. Ha tardado, pero el pequeño gran cronista de las calles de Nueva York, ya en la sesentena (¡aunque quién lo diría!) actuó en Granada y al alcance de los dedos en el Planta Baja.
Nile milita en la legión de nombres que han escrito la sabrosa cara B de la música norteamericana, y a su edad no suceden milagros más allá de seguir tocando y emocionando. El de Buffalo es de esa madera que se agotó en aquella generación de titanes del rock urbano en los alrededores del Village y Asbury Park, léase obviamente Springsteen por la parte más lustrosa, Elliott Murphy por la sombreada, Petty cuidando de las esencias y allí, al fondo, bendiciéndolos a todos, el patriarca de Minessotta. Pero a Willie Nile le tocó vivir además un momento muy especial, el del punk y la nueva ola con los que convivió en el CBGB: se le nota la vena new wave en su vibrantes y floridos estribillos, y el punk (vía Clash) en la fuerza con que los propulsa y corea.
Extraordinario en energía, entusiasmo y facultades, Nile alternó guitarra y piano, aunque dejó casi todas las partes solistas al vibrante Jorge Otero (noble escudero de mitos, como ya hizo durante años con Murphy), teniendo a la sección de ritmo habitual: Alex Alexandre y Johnny Pisano. Un cuarteto compenetrado y cómplice (las miradas entre los dos guitarristas, como las divertidas coreografías con el bajista eran reveladoras de buen rollo y sincronía) para administrar la energía confesional de sus canciones, muchas que podrían ser (haber llegado a ser) himnos generacionales si la fortuna hubiese querido, que no lo hizo. Enormes temas como 'Game of fools', 'One guitar', 'Richand Broken', 'Love is a train', la muy Strummer 'House of a thousand guitars' o esa maravilla emotiva que lleva el nombre de varios de sus discos, 'Streets of New York', y no puede faltar en su cancionero. Dedicó 'People who died' a la memoria de su autor y guardó para su último bis la canción más controvertida de su historia 'She is so cold', aquella que los Rolling Stones incluyeron "prestada" y puesta a su nombre en el 'Emotional rescue'. Él solo dijo "es un honor, me gustan los Stones". Un gigante, también como persona.
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Prometemos no ponernos pesados... ;)
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