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Javier Corcobado | Susana Cáncer | Cecilio Espejo
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Una sesión que comenzó con dos autoclásicos: 'Desde tu herida' y 'Dientes de mezcal', antes de adentrarse en el "Real-book" de estándares.
JAVIER CORCOBADO pasó el sábado noche del 18 en Granada, en la activa sala Chistera de Monachil, un espacio recoleto presidido por un vetusto piano del cola a donde el músico llegó para ofrecer su perfil más esencial: él y un piano, como los crooners de toda la vida, como Brel, Gainsbourg, Raphael, Edith Piaff... voz, piano y publico, tres puntos que definen su plano.
Sin el equipo médico habitual, sin poses, distorsiones ni "guitarras tomento", sin focos que subrayen tonos y ambientes, el músico y escritor de Frankfurt se ofreció sin conservantes ni adulterantes. Y "hace falta valor" (aquí léase un recuerdo a Enrique Sierra, por favor) para salir a pecho tan descubierto, porque sus interpretaciones, si algo son, es libertarias hasta casi la perfomance, y de comprometida afinación. Algo, lo primero, que complace a sus seguidores (algunos vinieron desde Madrid para este excepcional concierto y regresaron al acabar) y lo otro... son apenas gajes del oficio de los genios.
A la misma hora que su compañero de oficio y de 'Diminuto cielo', Nacho Vegas, presentaba a su banda, dirigida por Abraham Boba, Corcobado hacia lo propio con Susana Cáncer, mucho más que una acompañante en esta noche, también directora de programa y contenida introductora de las piezas; ya sabíamos de su arte en el "pianobar" pero, como ella dice, que el bar "sea de crucero trasatlántico", y el piano de cola porque la tapa flota. Y algo hay de ese espíritu de "entretenedor", en el sentido franco-sajón de término, en esta propuesta, políglota (portugués, español, ingles, francés), discreta y en blanco y negro.
Una sesión que comenzó con dos autoclásicos: 'Desde tu herida' y 'Dientes de mezcal', antes de adentrarse en el "Real-book" de estándares: 'El camino de la noche', 'Le poinçonneur des lilas', 'Ansiedad', 'Ella ya me olvidó' (¡de Leonardo Favio!), 'Somos', 'Voy', 'Noche de Ronda', una desatada 'Sombras nada más' o 'The World We Knew' completamente deconstruida... material tan sangrante como el mural del fondo del escenario y que Corcobado vive más con el alma que con el cuerpo ¡hasta que explota!
La propina la ocupó con 'Te estoy queriendo tanto' de Manuel Alejandro (cantada a la par con Cecilio Espejo), y un 'Enfermo de ti', propia, pero de similar potencia emotiva que la anterior. Puro drama emocional.
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Prometemos no ponernos pesados... ;)
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