JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 26/01/2012

Las visitas de LOS SECRETOS a Granada se ha contado por llenos en las últimas ocasiones. El grupo de los Urquijo (primero los tres hermanos, y ahora Álvaro solo) tiene un nuevo disco, 'En Este Mundo Raro', y lo trae aún caliente hoy jueves 26 (23h) a Forum Plaza. Mañana estarán en la gaditana La Posada de Babylonia.

- Cinco años sin actividad discográfica, ¿cocinan a fuego lento?

- Hay varias razones: una es que para hacer un disco necesitamos un tiempo que no hemos tenido; y otra, porque he sufrido una lesión en la mano y he estado casi dos años arrastrándola, tocaba en directo con bastante dolor pero en casa no me apetecía ponerme a componer.

- Llenar hasta el tejado la Plaza de la Ventas es un buen chute moral.

- Fue una casualidad. Se me ocurrió comentar que hacía treinta años de nuestra primera maqueta y en la compañía se pudieron las pilas para hacer una antología de cumpleaños. De querer dar un pequeño concierto conmemorativo con los amigos terminamos en Las Ventas ante 20.000 personas. Fue muy emocionante porque nunca pensamos en ello, vamos, ni en nuestros mejores sueños.

- Nunca fueron los más fluorescentes de la nueva ola, luego les dio por las vacas y la emotividad. ¿Ese no estar nunca en la espuma de la ola les ha permitido aguantar la resaca de las modas?

- Creo que sí. Cuando eres muy famoso y ganas mucho te quedas sin objetivos y te peleas con todo el mundo, si ganas poco también, si no puedes vivir de la música te separas... Y no podemos olvidar al público que a nosotros nos ha empujado muy por encima de nuestras cifras de ventas de discos: lo de Las Ventas es un ejemplo; y cuando murió mi hermano recibimos miles, pero miles, los tengo encuadernados, de aquellos primeros emails pidiendo que siguiéramos con Los Secretos adelante.

- A lo suyo lo llaman ahora "Americana" y el country alternativo es lo más, ¿se siente pionero?

- ¡Qué mal repartido está el mundo! Unos lo hacen tarde y en precario y son superguays y a otros nos ponían a parir después de esforzarnos en hacerlo cada día mejor (risas) y... en realidad, tenían razón, porque nosotros no pertenecimos nunca a aquello de la Movida, nosotros seguíamos a Van Morrison, Dylan, los Eagles, Neil Young, The Band, ¡nosotros éramos un grupo de los tardíos setenta! (Risas).

- Alaska se denuda en Interviú, ¿tan mal está el gremio?

- (Risas) Alaska es un género unipersonal, no hace ningún estilo, ella es ella y un estilo en sí misma; es una artista polifacética y si se ha gastado dinero en conservarse como se conserva supongo que no le importará lucirla. (Risas)

- ¿Y el gremio?

- Fatal, y se va a notar dentro de unos años, cuando echemos la vista atrás y busquemos algo relevante de estas décadas... poquita cosa. Las viejas glorias tenemos menos competencia, pero también preferiría que hubiese más movimiento. Por no hablar de la materia oscura del tejido discográfico, que ya no existe: los discos se "sacan", no se "lanzan" y esa debacle nos ha arrastrado a todos.

- La gente de menos de casi veinte años jamás ha comprado un disco, ¿vamos bien?

- (Risas) El pintor habitual de mi casa empezó trayéndome mis discos para que se los firmara cuando venía a blanquear mi casa porque eran seguidores del grupo. Unos años después vino su hijo y me dijo que ya compraban discos y la última vez me trajo un lápiz de memoria con las obras completas de Dylan para que le localizara "el 'Knockin' on Heaven's Door' porque sólo pone 'Audio1', 'Audio2'... y no sabemos donde está" ¡y era lo más normal del mundo! Si te ponen gratis un grifo de cerveza en casa cómo vas a pensar que no eso no puede ser normal... ¡Te llenas!

- Por el camino se les ha amputado el placer de mirar las portadas, los textos, las fotos...

- Y más: la paradoja es que tú grabas en unas condiciones cercanas a la perfección, con Bluray, 7.1 con 97 khz, 64 bits... ¡Para que luego te escuchen en calidad mp3! Es un problema de cultura general.

- Sabe que esta noche le escucharán incluso gente que estuvo en el primer y legendario concierto de La Zubia, ¿cómo se consigue semejante fidelización?

- Los Secretos son ahora unas personas que interpretan unas canciones que han atravesado el tiempo muy bien. Podríamos ser los hijos de Los Secretos incluso, que si lo hiciésemos con cariño y respeto daría igual: ¡me permitieron a mí que las cantara en lugar de mi hermano incluso! Y es que estas canciones se han enredado con algún momento emotivo de cada uno, o tienen significado en la memoria emocional de la gente; han dejado esa pequeña huella en el sentimiento de muchas personas de diversas edades y ya de varias generaciones. No es nada excepcional, ya que pasa habitualmente con artistas de otras culturas musicales más longevas.

- En estos tiempos de vértigo, ¿recomienda la templaza y la estrategia del suma y sigue?

- Sí, el trabajo y ensayo como cabrones en una cochera. Aquí se acabó la magia y lo artesanal de la música con fenómenos como Operación Triunfo: lo normal no es pasar del andamio al estrellato, lo normal es matarte tocando por los garitos, hacerte un pequeño nombre, y si hay algo que preguntar no es "¿cuánto voy a cobrar?" sino "¿cuánta gente ha venido?". Y a eso estamos volviendo con la crisis, a una escena autogestionada y defendida sólo por los músicos.

- Ahora que su hermano Javier anda por ahí tocando de nuevo... ¿Cabe la posibilidad de que se reintegre a Secretos?

- Llevamos caminos separados desde hace mucho tiempo. Somos hermanos para toda la vida, pero en Los Secretos hace mucho que ya no está, y aquí estamos muy estructurados, cada uno sabe cuál es su sitio y qué tiene hacer.

- ¿Qué relación tienen a día de hoy con el 'Déjame'?

- Afortunadamente tenemos otras que han sustentado también nuestro repertorio actual, incluso algunas relativamente recientes comparten ese espacio tan querido del público. Es una canción que nos ha ayudado a salir de la nada, a mantenernos en el algo y a hacer feliz a mucha gente, pero, por ejemplo, mi hermano la odiaba. También es cierto que con ella tienes un éxito garantizado al final de cada concierto; la gente se va con una sonrisa tras escucharla, y yo como espectador nunca perdonaría al artista que voy a ver que no cantara la canción que quiero oír.

- Para 'Mundo raro' han echado mano de la austeridad y la naturalidad de Carlos Narea, ¿coherencia fondo/forma?

- Sí. Hay productores que aportan mucho para realizar un cambio en la trayectoria del artista y otros que te garantizan la calidad y la naturalidad de lo que ya tienes. Digamos que el primero sería un Javier Limón si buscas aires sureños, y Carlos es de los otros, es muy bueno como catalizador de las energías de un grupo, coordinando sin interferir. Es un genio en este tipo de grabaciones, eso: naturales, y grabando todos a la vez.

- ¡Treinta años para ir a México! ¡Hernán Cortés tardó menos!

- ¡Pero no es lo mismo ir con arcabuces que con guitarras! (Risas) Es que no hemos sido nunca un grupo objetivo. Hemos vendido unos dos millones de discos, pero a lo largo de 30 años y con dieciocho discos, y eso no le interesa gran cosa a ningún mercado. Allí se funciona con otros parámetros: y nosotros ni somos comerciales ni indies, estamos en una tercera zona. Pero lo intentamos aunque sea de nuestro bolsillo, ¡qué menos una vez todas las que hemos ido a América ha sido pagándolo nosotros todo!