JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 22/12/2011

Cante, baile, guitarra y contrabajo son las cartas de CHOCOLATA, que con un juego mestizo y distinto buscan la originalidad y rozan eso tan anhelado que se llama personalidad y voz propia. Hoy jueves 22 (22h.) proponen una degustación en el Boogaclub granadino, donde se podrá paladear su sabor, y dos tazas si se quiere. El grupo lo forman la jerezana Carmela Páez "La Chocolata", al cante y baile,Rubens Silva, de Arcos de la Frontera, a la guitarra, y el granadino Cuni Mantilla, al contrabajo; los tres se encontraron en Granada y luego se les añadió Jesús Santiago. Primero fueron Los Buleros, y se foguearon en La Huerta del Loro, uno de los locales que cayó en la persecución municipal contra la música en vivo, y definitivamente, tras la difusión por Pive Amador (todo un personaje en la escena y la televisión sevillana) de una fundacional grabación en directo, registraron como marca Chocolata.

Su primer disco de estudio se lanzó el pasado mes de abril, además de contar con percusiones, palmas y vientos, cuenta con las colaboraciones de Manuel Imán (de los míticos Imán Califato Independiente, que también lo produjo), en la versión de 'El cordón de mi corpiño', y Andrea Echeverri (increíble espíritu, voz e imagen de Aterciopelados) en un soneto del poeta argentino Francisco Luis Bernárdez, cantado en forma de ranchera.

Desde el año 2002 en que comenzaron su andadura, los componentes de Chocolata, Carmela, Rubens, Cuni, han logrado una difícil conjunción. De ellos se ha escrito que alcanzan "una singular alquimia musical que no permite encasillarles en ningún género porque les otorga un estilo inconfundible, todo sensibilidad a flor de piel, sus canciones tienen en la letra, en la música, una poesía terrenal como una fruta, con sabor, color, aroma, hechura. Chocolata es sentimiento y medida, genio y gusto". Hacen lo que los cantautores porque versionan poemas y la poesía forma parte de su música, son claramente flamencos, basta oírlos (y verla), pero al tiempo no desentonarían lo más mínimo en cualquier club de jazz de Nueva Orleans o Nueva York -sin ir más lejos, el 19 de enero estarán en el madrileño Bogui Jazz-, con estos mismos temas, sin añadirles nada, los presentarían como jazz latino.

Su directo es muy atractivo porque a la música hay que añadir presencia, expresividad dramática, vis cómica, capacidad para evocar los sentimientos más íntimos, y logran incluso "hacer bailar hasta a los que nunca bailan". En paralelo a este trabajo musical realizan otras labores artísticas como el teatro de títeres (con notable éxito también) o el flamenco.