JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 23/04/2012

La encantadora Carmela Páez y Rubens Silva, versión mini de la Chocolata (en la foto), pusieron un espléndido cierre a la segunda sesión del ciclo 'PALABRAS SONORAS', que organiza el Área de Cultura de la Diputación de Granada, y que acerca al público el mundo de la música, en teoría y práctica.

Completaron la actividad Marisa Asensio, explicando las labores de producción artística, y la exquisita locutora y directora del programa radiofónico 'Letras y notas', Eva Santamaría.

Marisa Asensio, de Farasha Producciones.

Marisa Asensio es una de esas trabajadoras con una intensa trayectoria musical que cuenta en su curriculum con producciones de festivales de la talla del Esparrago Rock, donde de sus 15 ediciones ha participado activa y profesionalmente en 11 de ellas.
Actualmente trabaja en Farasha Producciones, empresa formada por un equipo femenino con una dilatada experiencia en el sector de la gestión cultural, producción de espectáculos musicales y una extensa lista de eventos por toda la geografía española, es manager personal Chico Ocaña, con quien lleva trabajando desde la disolución de Mártires del Compás. Es una de los socios-fundadores de la asociación Granada en Off, donde se trabaja por la dignidad de los trabajadores de la música en directo, siendo parte activa y visible de la asociación.

Chocolata, fusión de aquí y de allá.

Chocolata ha logrado una difícil conjunción, una singular alquimia musical que no permite encasillarles en ningún género porque les otorga un estilo inconfundible. Hacen lo que los cantautores porque versionan poemas y la poesía forma parte de su música, son claramente flamencos, basta oírlos y verla, pero al tiempo no desentonarían lo más mínimo en cualquier club de jazz de Nueva Orleáns o Nueva York. Los presentarían como jazz latino, y desde luego serían y serán mirados como algo propio en cualquier ciudad latinoamericana.

Chocolata es un arcoíris de sonidos ancestrales que bailan al compás de Jerez, un hermanamiento de culturas, la energía del flamenco, la frescura de Latino América, el swing de los negros, la pasión de la copla... es el lamento de la tierra y sobre todo la alegría de la vida.