JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 09/10/2011

El Teatro Máiquez de Granada inició la temporada de conciertos el viernes por la noche con este trío inglés a la misma hora en que la selección de fútbol jugaba, y teniendo en cuenta que se vendieron todas las entradas, seamos optimistas: todavía hay esperanza para la humanidad. También el teatro de Cajagranada ofreció una nueva cara: con todas la butacas replegadas y en forma de sala diáfana para asistir al concierto de pie ¡y con servicio de barra! Lo que así se perdió en seriedad y exactitud sonora se gana en libertad, relaciones sociales, y en ese punto cavernoso natural tan propio de la música en directo.

KITTY, DAISY & LEWIS traían por España su segundo largo, 'Smoking in heaven', un álbum menos "tributario" y más propio en el que hacen una barrido ya casi de 360º sobre los estilos contemporáneos con el paleo-rock and roll. Un músico presente decía: "¡toda la vida aprendiendo a tocar para ahora desaprenderlo todo!"; no era para tanto, pero sí para reducir el virtuosismo a una impulsivo primitivismo técnico en casi todas las líneas. Los tres hermanos se van cambiando fraternalmente de instrumentos en cada pieza, lo que por un lado queda simpático y democrático, pero por otro alarga las pausas hasta perderse las inercias. De todas las alineaciones, la más resultona fue la de Daisy en la batería, tocando con una ruda obsesión digna de un ciclista pedaleando cinco minutos antes de desmayarse, su hermana Kitty absolutamente empujadora en la armónica, y el caballero Lewis con sus antiguas maneras rítmicas, a pulso y sin púa. Resultaron vistosos, pero menos alegres y radiantes que en disco, como afectados por una rara tensión escénica, tiempos muy muertos, escasa comunicación... que afortunadamente fueron cediendo a lo largo del concierto para sí terminar en final jubiloso.

La familia que toca unida permanece unida, o eso deben de pensar los Durham, ya que junto a los tres hermanos figuran su padre Graeme en las guitarras y ukelele, y su madre Ingrid en el contrabajo; con el añadido del mítico Eddie Thornton cuya trompeta ha sonado en discos de los Beatles, Stones, Hendrix o Georgie Fame y ahora lo hace con Ska Cubano y Jazz Jamaica.

Como en los viejos tiempos abrieron con un instrumental (el que titula el disco) para ajustar sonido, y ya con la tanda 'I'm Going Back', 'Don't Make a Fool Out of Me' y 'Polly Put the Kettle On' habían cantado los tres hermanos. Frecuentan el rockabilly, el blues, swing, hillbilly, el ska, el boogie de cuando lo bailaba el hombre de Orce... y hasta el swamp: ese blues pantanoso infinito en directo que resulta 'What Quid', una suerte de 'Suzie Q', sin Suzie ni Q, como salido del primer ensayo de unos adolescentes Creedence recién formados. Blues físico, elemental, ritual, hipnótico... aunque sin la mala baba del que sí sabe "qué se siente al matar un gatito".

La pegajosa 'Messing with my life' o 'Will I Ever' con su elástica muñeca "manouche" fueron otros momentos estelares en la actuación de este grupo de estética de calendario de pin-up, magnífica memoria histórica y perspectiva longitudinal... ¡hacia atrás! En los tiempos de crisis, ya lo dijo el clásico, la familia siempre es lo primero.