JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 09/02/2010

Vendieron casi cinco millones de discos en apenas cuatro años, antes de que Marta Botía y Marilia Casares se enemistaran agriamente y dieran de baja la marca Ella Baila Sola. Con una nueva compañera, esta vez una fans ascendida, la madrileña Rocío Pavón en el papel de morena de voz grave, Marta Botía ha vuelto con la siglas de su antigua etiqueta: EBS. El objetivo sigue siendo el mismo: hacer una música comercial con digna calidad partiendo de la cercanía y dulzura, en este caso femenina, de la canción de autor. Lo que los gringos llaman "soft pop".

El nuevo equipo sigue estando dirigido por Gonzalo Benavides (cantante en los setenta, actor, y descubridor de la pareja, como de Javier Álvarez o Merche Corisco) y el objetivo es volver a llenar estadios y pabellones, como hicieron en su tiempo; aquí en Granada por ejemplo el Palacio de Deportes se les quedaba pequeño. Partiendo de casi de cero ya que comparativamente llenar el Teatro Tamayo es volver a la raya de salida, la pareja presentó un nuevo disco, 'Despierta', aunque el baño de aplausos se lo llevaran las canciones "de entonces": '¿Cómo repartimos los amigos?', 'Pisando canicas', 'Despídete'... y sobre todo 'Amores de barra' o 'Lo echamos a suertes', aplaudidas y cantadas hasta de pie por el respetable, que como Marta, también lo es ya en edad. Al proyecto le falta rodaje y compenetración, sobre todo encajar perfectamente las voces y que las coreografías no parezcan tan colegiales. El soporte musical, condicionado por la timidez de la voces, lleva a profesionales tan contrastados como Gino Pavone o Rubén García, por lo que EBS tiene garantizada la corrección por detrás. Por delante, en la pista, siempre ha hecho falta algo más de gracia y desparpajo para tener compañía; en eso están, en bailar acompañadas también.