ARTISTAS, GRUPOS...:
Teatro El Cruce | Ernesto Caballero | Santiago Ramos | Juan Carlos Talavera | Silvia Espigado | Karina Garantivá | Jorge Mayor | Roa Savoini | Paco Torres | Curt Allen Wiilmer | Heinrich Von Kleist
GÉNEROS, ESTILOS...:
SALAS, FESTIVALES...:
Teatro Marquina | Veranos de la Villa
SELLOS, DISTRIBUIDORAS, EDITORAS, PROMOTORAS...:
Teatro El Cruce | Producciones El Cruce | Concha Busto Producción y Distribución
La ironía y el sarcasmo pretenden transformarse en un texto plagado de gags cómicos que no acaban de cuajar.
'LA FIESTA DE LOS JUECES' es el remake de Ernesto Caballero de 'El cántaro roto', del dramaturgo alemán Heinrich von Kleist. Se trata de una sátira sobre una justicia corrupta, nada ciega y con un sentido muy particular de la imparcialidad donde la prevaricación y el abuso del poder público campa a sus anchas. Situada en la España actual, la clausura del año judicial se cerrará de forma excéntrica, con los magistrados del Consejo General del Poder Judicial representando la obra de Kleist ante las autoridades. Se trata de utilizar la vieja fórmula de teatro dentro del teatro para explicar la politización de la justicia y los intereses que acaban haciendo imposible que ésta funcione. La ironía y el sarcasmo pretenden transformarse en un texto plagado de gags cómicos que no acaban de cuajar y solo consiguen esbozar alguna sonrisa en los espectadores más complacientes. Las guerras intestinas en el seno de la magistratura, las puñaladas entre iguales, las manipulaciones e interferencias políticas, la libre interpretación de la ley y del protocolo de la judicatura son puestos sobre la escena y, a pesar de que el espectador puede identificar lo expuesto con la realidad, el sopor se hace dueño de la función.
Santiago Ramos en el papel protagonista (juez Adán) se limita a ser tan sobreactuado como él es y, por tanto, puede resultar natural para los que están habituados a verle. Es como si lo viésemos en uno de sus papeles televisivos, el registro es el mismo. Destaca el trabajo de Juan Carlos Talavera en su papel de inspector Walter, mucho más comedido, creíble y ajustado. El resto del reparto se limita a estar y a hacer un desarrollo creíble en su conjunto. Muy buena la escenografía de Curt Allen Wilmer, basada en la sencillez, en este caso lograda a través de un enorme espejo inclinado que ocupa el fondo del escenario y que nos permite visualizar el haz y el envés de los actores.
Una obra polémica por su fondo y cuestionable en su forma.
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Prometemos no ponernos pesados... ;)
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