JUAN JESÚS GARCÍA  |  Almuñécar (Granada), 20/07/2011

MAVIS STAPLES, la gran dama del góspel, soul, rhythm & blues y folk, la señora que puso su voz de contralto al discurso reivindicativo de Martin Luther King, fue la encargada de abrir el programa internacional del Festival Jazz en la Costa en su edición número 24 con un extraordinario concierto mucho más ecléctico de lo imaginado. Fue el primer lleno de este año y con una nutrida presencia de público americano: uno no paró de hacer peticiones ("¡Robbie Robertson!" gritaba, y, ay, no fue atendido) y un chaval terminó bailando break con ella en el escenario.

Personalmente uno recordó al añorado Javier Lapido, apasionado de una imposible Aretha (tiene fobia a volar) y lo que hubiera disfrutado con esta mujer de poderosa voz racial que este año cumplía seis décadas en este oficio. Impecable y superprofesional con la voz, su gestualidad y resistencia fueron ya más acordes con su edad real. Dicharachera, de esforzada comunicación, con ganas de agradar y una garganta que pasa del susurro mimoso al estremecedor rugido sin coger ni aire, decíamos que no fue tan completamente "black" como se prometía, quizás porque se siente cómoda en los resultados de sus últimos trabajos (de la mano de Ry Cooder o Jeff Tweedy) saliendo de la iglesia para moverse en paisajes más desérticos y fronterizos. En ese panorama de secano se mueve como culebra de cascabel el gran guitarrista Rick Holmstrom, que con el dúo base Stephen Hodges-Jeff Turmes ha secundado a tipos como Tom Waits, Richard Thompson o The Fabulous Thunderbirds antes de hacerlo con Miss Stapes. Una guitarra austera, esquelética y con una creatividad que podía recordar la de Marc Ribot por momentos.

Con un clásico parroquiano a capella comenzó todo, 'A Wonderful savior is Jesus my lord', también 'I Belong to the Band' recordaba que alabando a Dios comenzó todo (y luego volveríamos a los cantos antifonales con 'Creep Along Moses'). Sin embargo, a la segunda, la vieja 'Wrote a Song for Everyone' de los Creedence ya asomó el tono robusto y potente de todo el concierto. Las canciones aportadas por el líder de Wilco ('Only the lord' y 'You're not alone') se mueven también en esos sonidos poderosos, que ya con el recio blues 'Wade in the water' se acercó al swamp de alto voltaje.

Uno hubiese gustado escuchar sus versiones de 'The weight' (pedida y no otorgada) o del clásico 'March Up Freedom's Highway' de la familia Staples, pero a cambio regaló la preciosa 'I'll take you There' de hace cuarenta años, la coral 'Nobody's Fault But Mine' con un bonito fondo de gaviotas cantando puestas por el municipio. A la hora de versionar, lo hizo/cieron con el resultón 'For what it's worth' de Buffalo Springfield y prestó al gran Donny Gerrard (segunda voz de Springsteen, Ray Charles y Fogerty) el emocional 'Too Close to Heaven'. Por cierto que Fogerty no pudo venir a Almuñécar hace tres años por falta de presupuesto. A ver si me echan más en el cepillo para que no pasen estas cosas. Un concierto divino, Aleluya hermanos.