ARTISTAS, GRUPOS...:
The Right Ons | Rafa Fernández | Ramiro Nieto | Álvaro Guzmán | Juan Rodo | Jet Lag
GÉNEROS, ESTILOS...:
Indie-Rock | Indie | Soul | Funk-Rock
SALAS, FESTIVALES...:
SELLOS, DISTRIBUIDORAS, EDITORAS, PROMOTORAS...:
2Fer Records | Lovemonk | Q Division | Heart of Gold
Hermanos honorarios de la "Familia Stone" terminan siendo un ciclón que hubiese agradado al mismísimo "padrino" o su tío salvaje Sly.
Se suele decir que el peor público que puede tener un artista es el de sus propios compañeros de oficio, será porque conocen bien el paño, sus aciertos y sus "gambas", siendo en general más exigentes y menos atentos que el público en general, que suele tirar más de apetencias y vísceras que de objetividad. Así que no es nada frecuente que delante de un grupo se apiñen, sobre todo colegas, y además que se arrimen a la primera fila como si de fans se tratase. Y no es mala suerte ni coincidencias, porque esta gente frecuenta bastante poco la parte de abajo del escenario, sino que cuando aparecen (y tantos, y tan atentos) es porque el protagonista merece los respetos de la condición de maestro. Ocurrió con RIGHT ONS en uno de los conciertos que este año recién comenzado tendrá desde ya entre los diez mejores dentro de once meses. Antes que ellos y fuera de programa se estrenaron The Open Road, que merecieron los elogios públicos de los madrileños.
Oficio no les falta ya que buena parte de ellos fueron los excelentes Jet Lag; tampoco facultades porque resultaron asombrosamente diestros cada uno en su puesto de trabajo; ni, y es lo mas importante, ideas. Se venden como un grupo de funk-rock pero son mucho más, abarcan la historia de la cosa longitudinalmente hasta remontarse, hasta los tiempos del Woodstock por ejemplo, donde no hubiesen desmerecido para nada. Hay un punto beat (la voz del batería recuerda a Paul McCartney) y dulce pop en buena parte de lo que hacen, pongamos que en la primera mitad, donde se mantiene una velocidad de crucero razonable y enseñan buen gusto, conocimiento de causa y originalidad a partes iguales (¡cómo se puede ir por un camino tan trillado y de manera tan singular!).
Tienen el show medido con nanómetro digital, cada cosa en su sitio, cada riff o cada silencio, y todo encaja, con exactitud en quiebros y cambios, en tiempos e intenciones. Contar con cinco cantantes ayuda a que vocalmente sean infinitos, y además le echan arrebato y convicción a sus fraseos. Ya para la segunda mitad los temas programados se revolucionan, pierden la solución de continuidad y el sudor brota por contagio.
Hermanos honorarios de la "Familia Stone" terminan siendo un ciclón que hubiese agradado al mismísimo "padrino" o su tío salvaje Sly, fuese por ese trepidante 'Shake' o un invocado 'Dance to the music' de vuelta al ruedo, que, también incluyeron Michael Wadleigh y Scorsese en su alucinado documental sobre los tres días de amor y música en la granja de Woodstock.
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Prometemos no ponernos pesados... ;)
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