IÑIGO DE AMESCUA  |  Madrid, 25/03/2011

Esto, aunque pudiera parecer lo contrario, no es una crónica de un concierto. Esto es una carta de amor. Ella me dobla la edad y ni siquiera sabe que existo, pero el amor es estúpido, si hay algo que haya sacado en claro es eso... Esto es una carta de amor a BETTYE LAVETTE, a su voz, a su música, a sus huevos. En un mundo de todo a cien en el que existen Lady Gagá, la Cyrus, Ana Rosa... y en el que se organiza un ciclo de conciertos llamado Creadoras en el que participan Chenoa, Marta Sánchez y Tamara... mujeres como Bettye te devuelven la fe en el género humano. Artistas con talento, coraje y alma. Demonios, ¡alma! Mujeres a las que han pisoteado, a Bettye la secuestraron dos álbumes en lo mejor de su carrera (la "industria discográfica", ya sabéis...), que salen de sus túneles personales y que se levantan con dignidad y elegancia... como ella misma dijo durante su concierto en la sala Caracol de Madrid: "Soy feliz, finalmente me están tratando bien". Ya era hora. Una mujer que ha pasado por Motown, Atlantic, Muscle Shoals, historia de la música negra norteamericana. Una mujer con esa capacidad de comunicación, con ese poder... se lo merece.

Una vida que ella nos cuenta con una sonrisa y una voz resquebrajada que puede ser dulce y puede ser como un bofetón que huele a Southern Comfort en canciones como 'Choices' ("I was tempted, by an early age I found, I liked drinkin', oh, and I never turned it down, There were loved ones but I turned them all away; Now I'm living and dying with the choices I've made"); 'Isn't it a Pity', 'Somebody Pick Up My Pieces', 'I Guess We Shouldn't Talk About That Now', 'Take Me Like I Am (I Still Want To Be Your Baby)', 'Jealousy', 'Joy'... o esos himnos personales como 'Before The Money Came (Battle Of Bettye LaVette)' y la gran gran gran 'I Do Not Want What I Have Not Got'...

Un concierto que sabe a agradecimiento, a resarcimiento, a aleluya laico... a soul del bueno... a Bettye. Por eso la quiero... por eso y porque cuando canta es fácil creerla y emocionarse y eso, aunque se largó sin bises ni nada, es precisamente de lo que va esto de la música.

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