JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 24/03/2011

La notificación de la sentencia de cárcel -dos años y seis meses, más una multa económica- para el presidente de la Asociación Musical El Secadero de Alhendín (Granada) ha caído como una bomba de fragmentación en mitad de la comunidad musical de todo el país: incluso en las redes sociales se ha acuñado ya el lema "Todos somos el Secadero". Nadie se explica cómo se puede llegar a una sentencia de esas dimensiones.

EL SECADERO ha sido un espacio abierto para la música y que ha programado un cifra cercana al millar de conciertos en los años de existencia (en la foto, Four Women Gospel actuando en El Secadero), ha formado parte del circuito de actividades paralelas de los Festivales de Música y Danza, Canción de Autor y Jazz, y tenía establecidos los primeros premios anuales para la música de Granada. Casualmente hace una semanas actuaba en Granada, dentro de la programación europea de la Blue Note el músico africano Lionel Loueke, que dio allí mismo, como tantos otros, uno de sus primeros conciertos en España. El Secadero era tan querido por los músicos españoles que ha habido discos que se han grabado en su escenario, e incluso que llevan su nombre. Paradójicamente, el condenado, José Luis Sánchez, como presidente de la Asociación de Salas de Conciertos de Andalucía (COSA), se reunió en varias ocasiones con la Ministra de Cultura (cuando lo era Carmen Calvo) y conjuntamente con los técnicos del ministerio formó parte del equipo que estuvo preparando la denominada "Ley de la música", todavía en fase de elaboración.

No es de extrañar entonces que La Red esté ardiendo y los mismos cientos de músicos que han participado en su programación se estén movilizando. La indignación y el estupor preside la mayoría de las declaraciones recogidas a los primeros espadas de este país, que están firmando a cientos una declaración autoinculpatoria en la que se pude leer que "los abajo firmantes nos dirigimos a la Audiencia Provincial que ha dictado esta sentencia, reconociendo públicamente que somos los verdaderos culpables del delito juzgado" y prosiguen "en cuanto a que hemos sido nosotros/as los que lo hemos cometido interpretando en su escenario nuestra música, cantando nuestras canciones, y siendo también cómplices por aplaudir y promocionar o difundir estas actividades", solicitando al mismo tribunal que "exonere de culpa al propietario del espacio donde hemos cometido nuestro delito, y se extienda la condena sentenciada a todos y cada uno de los firmantes". Y son ya varios cientos de "culpables" firmantes, llegados desde todos los puntos de España ¡e incluso del extranjero! No se sabe si El Secadero serán todos, pero desde luego sí que son muchos.

Javier Ruibal:

"¡En qué cabeza cabe! ¡qué humillación! Estas cosas forman parte de la tendencia a reprimir que está creciendo en este país. Es una sentencia brutal y desproporcionada. Estamos rodeados de corrupción, robos, desfalcos y no pasa nada, y por hacer musica en directo ¡a la cárcel! Creo que es una sentencia fascista en el sentido más literal del término".

Chano Domínguez:

"Yo he tocado varias veces en el Secadero y ya me dirán si un piano solo produce tantos estragos en la población. Decisiones de este tipo eliminan el futuro de la cultura de un país. Me parece muy mal".

Celia Mur:

"Es una atentado contra la razón. Conozco la situación del Secadero desde el principio, cuando no existía ninguna casa y se llenó de viviendas la zona, la mayoría ilegales en medio de una gran corrupción administrativa. Creo que el Secadero es una de los espacios más importantes para la cultura, yo diría que a nivel europeo incluso. Y personalmente pienso que José Luís ha sido muy generoso con todos nosotros albergándonos y ayudándonos en los momentos peores, y a cambio se le quiere hacer tanto daño... es intolerable y profundamente injusto".

Tito Alcedo:

"¡Pero estamos locos! ¿Quién hace las leyes? ¿quién las aplica? Es una barbaridad con mayúsculas, con lo que estamos viviendo todos los días... ¡a la cárcel por la música pero no por robar!"

Jolis Gualda:

"Me parece fatal. Están acabado con la música en directo que es una de las riquezas de una cultura como la nuestra; es una sentencia brutal".

Perico Sambeat:

"¡En qué mundo vivimos! ¡Qué desastre! ¡cómo es posible en 2011! Si me parece indignante el poco apoyo institucional que se hace a la música ¡qué puedo opinar de que, además, te manden a la cárcel. Sentencias como estas condenan más a los que las hacen que a los que las sufren".

José Ignacio Lapido:

"Mi perplejidad es que haya un código penal que permita una aberración como ésta cuando aquí se puede vivir toda la vida sin pisar una cárcel".

Arturo Cid:

"Me parece desproporcionado: se va a la cárcel por tocar un violín pero no por tocar el claxon de un coche o un martillo neumático. Todo se tolera excepto la música, ojo, y digo la música, no el ruido. Creo que es un síntoma más de la falta de respeto al trabajo de la cultura en este país, donde maltratar la música es ya una tradición más".

Teresa Luján:

"¿Pero hablamos de Granada o de Puertohurraco y la España profunda? Berlanga haría una buena película con la situación: estamos rodeados de ladrones y sinvergüenzas que están en la calle y salen en los medios de comunicación todos los días... y no pasa nada. Creo que El Secadero ha hecho una labor por la música de la ciudad más importante que el Festival del Música y Danza incluso... Es una barbaridad".

Kiko Aguado:

"Es una auténtica barbaridad; este país se ha vuelto completamente loco ¡que te metan en la cárcel por hacer cultura! Es absurdo. Creo que la música de Granada tiene que movilizarse de una vez por todas porque es una locura".

Jesús Arias:

"Yo represento a una generación que muy ocasionalmente frecuentamos ese local, pero me parece que es una barbaridad, es como sancionar a Fernando Alonso por exceso de velocidad. Calificar la música en directo como un delito para salud es un disparate!... es muy significativo y revelador que se hable de 'ruido' y no de 'música'..."

Elena Bugedo:

"Yo me he hartado de llorar con la sentencia. He estado muchas veces tocando con mi guitarra y no me explico el daño que se supone que hemos provocado. Es muy 'jevi' lo que le han hecho, estoy muy ofendida y lo vivo como asunto personal. Este hombre, en otras ciudades sería una persona de referencia por la labor que ha hecho... pero aquí enfrentó con el hijo del alcalde y se desencadenó el problema. Que nos oigan, que ahora sí que vamos a hacer 'ruido'".

Eduardo Gilabert:

"La sentencia me deja sin palabras. Entiendo que en el peor de los casos te pueden cerrar un local hasta que cumplas con las normas administrativas, pero de ahí a la cárcel... El Secadero ha sido un espacio al que varias generaciones de músicos le agradecemos que haya existido, y eso se lo deberemos siempre, abierto o cerrado".

José Luis Pizarro:

"A primera vista es muy lamentable, debe haber por debajo cosas que desconocemos, alguna rencilla rural, algún interés inmobiliario... porque cabalmente no se explica que te manden a la cárcel por fomentar la cultura. No me creo que haya ningún damnificado porque he tocado muchas veces y sonaban más los perros de las urbanizaciones ladrando que la música. Y quiero llamar la atención sobre que El Secadero, en muchos inviernos, funcionaba casi como una 'casa de la beneficencia' para muchos músicos sin trabajo".