MIGUEL ANTONIO HURTADO  |  Madrid, 11/03/2011

Cuando dentro de Los Conciertos Sublimes de Vertical Pop con el patrocinio de SON Estrella Galicia escuchaba a Mireia Pascual tenía la sensación de que todo lo anterior era o ruido o silencio. Un placentero escalofrío se hizo dueño de mi cuerpo cuando 'Broken' (primer disco de THE BIG HEAD TROUBLED BOY con el sello independiente Grabaciones Azul Alcachofa) sonaba en acústico en el coqueto Teatro Lara de Madrid. En clave de pop, folk y jazz, Mireia fue repasando los temas de 'Broken', destacando 'Revenge', dedicado a ese desengaño que nos llena de ira terrorífica y nos inspira la mejor ironía; 'Gotta go to bed', aunque un poco pronto para irse a la cama, y 'Stoke Newington', dedicada a la estación de Londres del distrito donde residía y, fuera de disco, 'Letters'.

Claras influencias de Björk, Leonard Cohen o Bob Dylan en el que la guitarra se apoya constantemente en los slap y los golpes de tacón sobre la madera. Para aquellos que no tengan la oportunidad y la suerte de disfrutar de su directo realmente merece la pena escucharla en la web que Mireia a habilitado ex-profeso: http://bighead.bandcamp.com

Tras The Big Head Troubled Boy hizo su aparición la islandesa ÓLÖF ARNALDS (en la foto) con una voz prominente que luce sobremanera en sus dos discos en solitario, 'Við Og Við' e 'Innundir Skinni'. La nórdica cantautora rompió el tópico de "fríos", desde luego fue una de las actuaciones más cálidas y simpáticas que recuerdo, con continuas anécdotas en un inglés vikingo que nada tiene que ver con la voz de soprano que emana de sus cuerdas vocales. Abrió el concierto a lo Lili Marleen, pasó por sonidos countries; por 'Klara', dedicada a su hermana, por supuesto por 'Madrid', inevitablemente, dadas además las circunstancias; la divertida 'Crazy Car'; el tributo a Caetano Veloso con 'Maria Bethania' y a Bruce Springsteen con 'I'm on fire'. Todo un recital acompañado por su ukelele "Taranco" y dos guitarras acústicas, con un final apoteósico con toda la platea puesta en pie y aplaudiendo durante más de diez minutos ininterrumpidamente, lo que obligó a Ólöf a salir a agradecer la ovación que le brindaba el público, regalando un tema tradicional islandés a capella y sin micro. Éxito sin duda, como pocos, con ella descubrimos que Islandia es mucho más que Björk o Sigur Rós.