LUISMI OCHOA  |  Jaén, 11/02/2011

Quizás fuera predispuesto a ver esta película, con mi mente diciendo "otra película sobre un deportista, ese tipo de cinta que tanto gusta en los Oscars, esos argumentos que quizás están tan vistos y donde solo la epopeya de conocer la vida del protagonista resulta interesante". Pero había dos puntos a favor que, a la misma vez, me hacían que fuera a verla. Tales puntos a favor eran el de su director David O. Russell por un lado y el de Christian Bale por el otro.

David O. Russell siempre ha sido un director controvertido. Solo basta echar un vistazo hacia atrás a su filmografía. 'Tres Reyes' y 'Extrañas coincidencias' ('I Heart Huckabees') son claros ejemplos de lo que digo. Rusell nos enseña con su cámara esos lugares de América que no son tan bellos con gran maestría y, sobre todo, incide en un estudio de los personajes, desde su yo interior, de una manera fascinante, dejando a un lado el tema deportivo y reservando esas escenas de pelea para subrayar el estado interior de todos los protagonistas de esta cinta.

Pero, sin lugar a dudas, lo mejor de la película es Christian Bale. Lo de este chico es impresionante, esa capacidad para mimetizarse con cada uno de los personajes que ejecuta, su papel de entrenador yonqui, perturbado, aportando emotividad, raza, clase y demás adjetivos que serían largos de enumerar merecen ser alabados y premiados. Sin lugar a dudas este es su año, se lo merece y estoy seguro que estamos ante el Oscar de actor de reparto. Nada más que por su actuación merece la pena ver esta 'THE FIGHTER'.

La actriz Melissa Leo ('Frozen River') está a una altura brillante en el papel de madre, mientras que no se puede decir nada malo de la expresividad (impresionante) de los ojos de Amy Adams.

En definitiva, buena película, con un Bale que sigue demostrando, como ya hizo en 'American Psycho', 'El tren de las 3:10' ('3:10 to Yuma'), etc., que aquel pequeño que nos deslumbró en 'El Imperio del Sol' es una realidad.