JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 06/12/2010

Hicieron bien en apostar por ellos mismos: dos días en el Planta Baja de Granada se han saldado con todas las entradas vendidas, y es novedad en esa casa, todas en venta anticipada; no es equivocado suponer que de haber salido entradas a la venta física en taquilla hubiesen podido llenar otras dos noches.

Los baezanos se han curtido sin mucha prisa y a fuego lento abriendo para otros (Marlango, Iván Ferreiro, Russian Red...) y ensamblando sus intenciones con sus posibilidades, contando como otras conocidas bandas actuales con el valor añadido de la capacidad emotiva de la voz de su cantante José Chino, capaz de ir desde el fraseado más lastimero al más emotivo. Y eso ayuda porque llega por las zonas sensibles.

El resto son canciones bien construidas, en ocasiones con suficiente imaginación como para salirse de la norma y unas historias entendibles y compartibles sin complicaciones metafísicas. Sin mucho material editado tampoco tienen mucho donde escoger, así que tuvieron que alternar entre las canciones previas de sus epés y el celebrado 'Electroviral', que tienen un buen nombre ya que crece por contagio al parecer. Pongamos que 'OCB', 'Bicho bola', 'Niebla' o 'LN Granada' fueron algunos de los momentos destacables de su concierto, que fue hacia arriba en comunicación hasta llegar al punto de ebullición, a partir, más o menos, de 'Niebla', guardándose para los bises la homónima y 'Cientocero', que a pesar de su denuncia antidroga es una pieza muy de bailar en el after. Hechos parcialmente en esta ciudad, se despidieron celebrando poder tocar en la Granada de grupos como Lagartija Nick y "sobre todo", especificaron, Lori Meyers. En la puerta una espectadora hacia por el móvil un resumen tan comprimido como apasionado del concierto: "eran ellos... sí..., han estado superguays, las canciones superguays, el ambiente ha estado superguay y nos lo hemos pasado superguay". Pues eso.