JUANMA CANTOS  |  Madrid, 29/11/2010

Son una de las bandas de rock más sólidas y destacadas del mundo, no hay quien lo dude. Si la veteranía es un grado, como reza esa máxima, DRIVE-BY TRUCKERS está ya doctorado. Es difícil encontrarles una sola fisura en un amplio, rico en matices y grandioso -por lo cuidado de sus formas- repertorio que camina entre la tradición norteamericana más rancia y el fervor por el rock más aventajado... aunque su concierto de la otra noche en la sala Heineken de Madrid no fue de lo mejor que se puede recordar de ellos.

Evidentemente, son un grupo en el que sus dos almas visibles, Patterson Hood y Mike Cooley, aportan, cada uno en su terreno, muy diversas intenciones en esa amalgama compuesta de tradición y formalidad contemporánea de la que hablaba antes. Una amalgama reflejada en su concierto de Madrid y que no dejó lugar a las concesiones cuando entraron en escena tres guitarras eléctricas, es decir, cuando John Neff cambió pedal steel por distorsión, llegando a tapar y convertir en mero adorno al eficaz teclado de Jay González, y virando con ello desde lo folk y country hasta lo plenamente rockero. De esta manera llegaba -reconozcámoslo ya- el "pero" que hay que ponerles a su concierto: Por momentos perdieron esa finura que evoca el sur de los Estados Unidos, llegando a empastarse por las ganas de epatar y, reconozcámoslo también, el público esa noche no estaba muy receptivo, sino totalmente estático y recibiendo la descarga de los de Athens con cierta indiferencia. Total, que no hubo la necesaria conexión a ambos lados del escenario. Esto no empaña, a mi parecer, la afirmación con la que comenzaba esta crónica, y me reafirmo en ello, son una banda de rock sólida e incuestionable, sólo que no fue su mejor día.

Su nuevo disco, el disfrutable 'The Big To-Do' era el motivo de su visita a España. Sonaron, como no podía ser de otro modo, temas de este álbum, la mayoría con acierto, pero otras como 'This Fucking Job' o 'Birthday Boy' no llegaron al énfasis rockero-guitarrero que impregnan en la grabación. Pero también sonaron temas de su etapa con Jason Isbell, como 'Let There Be Rock', e incluso se permitieron presentar un par de canciones del que será su nuevo álbum, 'Go-Go Boots', que verá la luz en febrero del año que viene.