JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 26/10/2010

El montaje antológico en el Museo Reina Sofía sobre el creador granadino José Val del Omar, se ha hecho coincidir con la revisión del trabajo que le dedicó LAGARTIJA NICK en 1998 a este por entonces desconocido artesanal precursor de casi todo. La "reposición" de este disco en la jornada inaugural del festival de cortos, además, supone el regreso de la música a una muestra silenciosa en sus última ediciones.

'Val del Omar' cedé supuso también un punto de no retorno en la carrera de longeva bada granadina, el final de su etapa multinacional, un soplo de delirio imaginativo permisible tras la extraordinaria recepción del 'Omega' y su aceptación de patrones metálicos, más electro industriales por aquí (la batería corre a cargo de J.A. Quesada, de los dead Perpetual), y definitivamente thrash ya con la llegada de Paco Luque. Por su complejidad tampoco se tocó con dedicación especial y tan solo algunos temas sueltos pasaron a la programación del banda. Nada volvió a ser igual tras esa grabación.

Para esta representación del material se ha buscado un montaje exclusivo, "diáfonico", en término registrado (patentado en 1944) de su creador, que consiste rodear al espectador por fuentes de sonido coordinadas pero no necesariamente coherentes, así si el grupo sonaba por la PA habitual, por la docena de altavoces colgados por detrás y en el anfiteatro se escuchaban todo tipo de subjetivos añadidos de efectos, ruidos, palabras, gritos... consiguiendo un inevitable efecto de desubicación, sobre todo bajo el atronador volumen desplegado en la sala. Habrá que esperar hasta el día 4 para comprobar si otro especialista en catarsis sonoras, Wayne Shorter, es capaz de superar en decibelios a esta experiencia "totalfónica".

Para la gira de este trabajo monográfico, llevan una alineación distinta: se recupera a David Fernández en la batería, la baja de Lorena Enjuto la cubre Arias de nuevo con el bajo, Víctor Lapido mantiene la plaza de guitarrista y por detrás vuelven José Ángel Arias en las programaciones y el danés Jesper Mortensen en los teclados; equipo al que habría que añadir a técnicos de proyecciones, luces y audio porque comparten igual responsabilidad en este proyecto temporal.

El planteamiento de sonido dista de la crispación original que imprimía MAR Pareja a todo lo que hacía (las músicas son suyas), y que ahora suena en la guitarra de un Víctor Lapido con personalidad diametralmente opuesta. El grupo abruma y apisona impone sin necesidad de irritar, puro músculo, exactitud y tensión. Divididos en paquetes "temáticos" por cercanía rítmica o de intenciones (partes más evocadoras, o sinfónicas, o fabriles, o...) no sólo sonaron los temas del cedé sino que la sombra de Val del Omar se alarga hasta el 'Contar lo que no puedo contar', posterior, pero igualmente firmado por el artista multitodo. Para compensar en duración, cosas como 'Celeste' uno las echó en falta en esta actuación especialísima que completa la carta de conciertos de Lagartija Nick, casa fundada en 1991; a elegir: Menú de Temporada, 'Omega', 'Inercia', 'Val de Omar'... bebida, café e impuestos incluidos.