MARTA GONZÁLEZ  |  Vitoria, 19/07/2010

Luz brillante azul inauguraba la velada; acompañado a su piano y arropado por un tremendo Roland Guerin y un Jason Marsalis marcando todo el peso, con riguroso traje y acordes aplomados, calentaron al público desde la primera canción. Ágora rebosante, expectante y atenta ante un jazz plomizo con el gusto que procede ante el invidente maestro MARCUS ROBERTS. El de Pasadena estuvo delicioso durante hora y media de concierto.

La presentación esperada y ocho sillas rojas en semicírculo preparaban la escena del culmen flamenco. PACO DE LUCÍA tomaba lugar central, vestido como siempre, camisa blanca y chaleco negro, bastándole cuatro acordes como prueba para arrancar, libre y solitario virtuosismo que acomodó y tranquilizó a la masa nerviosa, callando algunos gritos gitanos de alabanza de entre el público. El Piraña toma lugar acompañado de Duquende y con El Farru apoyando a las palmas y algún que otro estribillo por soleá por bulerías.

Antonio Serrano toma lugar por bulerías, con falsetas de 'Barrosa', acelerada virtuosamente y pintada con luz tenue, dos focos azules y un cenital central, nada brillante, los dedos ocupan ese lugar.

La fuerza de los doce tiempos flamencos que reinan la primera parte se rompe en el cuarto número con la introducción dulce de 'Zyrab', transformando unos tangos en bulerías bailadas por Farru, breve pero desgarrante, que tomó la letra de Duquende alzando los brazos lentamente. Y justo cuando el público está entregado, la voz de Paco anuncia "paramos 10 minutos pa' echarnos un cigarro", con respuesta de silbidos de desconcierto.

Sin duda, necesitaban prepararse para lo mejor en una segunda parte brutal, que comenzó por tangos con el protagonismo de Antonio Serrano y su armónica aflamencada. Sin esperarlo, abren por soleá por bulerías y la intuición desorbitada del Farru, vestido de luces negras y pañuelo rojo, que recoge su ovación indiscutible para dos letras marcadas con grandiosa improvisación y una escobilla dirigida por toques de atención de Paco, que levanta el mirado brillante en la retina de todo el público. ¡Parece que esto acaba de comenzar y ya es el final! Paco invita a "los bicharracos" Marcus Roberts y su saxo que tocan por bulería acentuando momentos de solos gloriosos con una increíble adaptación de los invitados que obtiene 12 minutos de ovación obligando al bis aclamado, un grande, 'Alta Mar', unas notas de 'Entre dos Aguas' que nos arropan y consuelan dejando a sus ahora nueve locos adornar la pieza con el solo que nos faltaba, El Piraña, y sin más posible, abrieron el semicírculo en un saludo conjunto sin protagonismos. Paco, ¡qué gran pequeño eres!