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Kind of Cai | Carlos Villoslada | Luis Balaguer | Miguel Ángel López
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Surfonía | Ayuntamiento de Jaén
A simple vista llama la atención cómo un disco de trompeta se rehace con saxo tenor, pero esto sirve para aumentar la calidez.
En la noche del miércoles el rojo era el color por excelencia en Jaén. Por un lado estaba la alerta roja por calor de Meteorología que hacía que el rojo mercurio ascendiera hasta lugares insólitos para una noche, por muy de verano que sea. Más de treinta grados se registraban en la recoleta Plaza del Pósito, que luce bonita hasta en el verano más extremo. Mucho calor que se veía reforzado por el tema estrella del día, el que tuvo paralizado Jaén (como parte del territorio nacional) y el que hizo que tuviera que retrasarse el inicio de la actuación hasta que acabase un partido: La selección [de fútbol, se entiende] se clasificaba, por primera vez en su historia, para la final de un mundial y todo el mundo se lanzaba a la calle a cantar su amor por la bandera, el escudo, el color rojo y cuantos símbolos nacionales hubiese de por medio. Decenas de coches tocando el claxon y cientos de viandantes armados con eso que antes llamábamos trompa o trompetilla y que ahora se denomina "vuvuzela" salían para mostrar su más ruidosa alegría. Afortunadamente, no hubo encontronazos, sonoros, se entiende, con los músicos, y los jiennenses supieron ser respetuosos dentro de la euforia y reprimir los gritos, al menos en el entorno de la Plaza del Pósito, donde en torno a doscientas personas se daban cita para escuchar a Carlos Villoslada, Luis Balaguer y Miguel Ángel López, saxo tenor, guitarra flamenca y percusionista, respectivamente, de KIND OF CAI, un proyecto que homenajea a Miles Davis a través de la relectura flamenca de su álbum 'Kind of blue', la continuación ideal de 'Birth of the cool', un disco que cambió el jazz para siempre.
Con pinta de currantes de la música, el trío demostró saber sobreponerse a las circunstancias y sacar lo mejor de ellos, a pesar del sofocante calor, los forofos del fútbol y los problemas con los monitores. Lo hicieron porque demostraron que tienen oficio y, además, un poco de salero, que nunca viene mal para no caer en la monotonía, que es la muerte del jazz. Ahora que Los Planetas hacen rock por bulerías ya no nos extraña tanto que se rehagan desde los palos flamencos visiones musicales distintas, aunque en este caso sean bastante complementarias; no hay que olvidar que el disco que se reconstruye tiene una pieza titulada 'Flamenco Sketches' y que uno de los grandes discos del autor que se relee es 'Sketches form Spain' (1960). A sus 51 años, 'Kind of blue', el que, posiblemente, sea el trabajo más grande del autor más grande, no ha perdido ni un ápice de frescura. Cuando se escucha a "The Sorcerer" junto a "Cannonball" Adderley, Bill Evans o el enorme "Trane" se tiene la sensación de estar ante una cumbre, un auténtico ocho mil, y aunque Miles dijera que nunca escuchaba sus grabaciones antiguas, a buen seguro disfrutaría con el original toque que, desde Cádiz, le dan a sus composiciones estos tres grandes músicos. A simple vista llama la atención cómo un disco de trompeta se rehace con saxo tenor, pero esto sirve para aumentar la calidez que le dan la guitarra flamenca de Luis Balaguer, con su toque sobrio y elegante, y el buen hacer de David Gavira en el cajón que, sin estridencias, se hace sólo toda la rítmica de unos temas estructuralmente sencillos, pero sólo en apariencia. Carlos Villoslada trabaja el metal con buen hacer y duende para volver a levantar el edificio de este particular "tipo de tristeza".
'So what', una pieza cadenciosa, sirvió tanto para la apertura como para el cierre del espectáculo. Se abrió por bulerías y se cerró por tangos, el palo gaditano por excelencia. En 'Blue in green' o 'Freddie Freeloader' demostraron que tiene bien trabajadas y estudiadas las canciones de un álbum nacido de un grande que supo juntar a algunos de los más grandes a su alrededor. Era más de media noche cuando Kind of Cai se despidieron entre aplausos, cálidos, no podía ser de otra manera. Está visto que, mientras nos dure el Festival Jazz entre Olivos, en Jaén no refresca por las noches.
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