JUAN JESÚS GARCÍA  |  Madrid, 03/05/2010

'Made of Wood', es el segundo disco del australiano/madrileño AARON THOMAS, un tipo con una historia viajera por varios continentes que daría para un guión de cine, y que momentáneamente se ha detenido en España, donde ha iniciado su carrera discográfica. Presenta su segundo cedé, un trabajo que realizó en Islandia con la dirección de uno de los músicos de confianza de Bjork, Valgeir Sigurdsson.

- ¿Qué se le ha perdido a un australiano por Madrid?

- Yo vine hace siete años tras mi mujer, que es bailaora de flamenco y se vino para mejorar su nivel. Estoy aquí por amor

- Usted es de Tasmania ¿existe el famoso demonio giratorio?

- (risas) Sí, sí, cada uno de Tasmania lo llevamos dentro (risas).

- ¿Lo suyo ha sido una vocación tardía?

- Es que soy muy vago (risas). Mi forma de ser es preferir el camino largo y lento, pero el más seguro. Conste que desde los quince años estoy en la música, pero mi personalidad no es espontánea, sino más bien calculada, y hasta ahora no he creído que podía grabar discos.

- ¿Qué siente cuando dicen que es el tercer Buckley?

- Es algo muy positivo. No me gustan las comparaciones, pero si lo hacen, que sean con ellos. Cuando escuché 'Grace' cambió todo, y me puse a componer más que a interpretar.

- En su biografía aseguran que ha practicado el boxeo ¿se parece un escenario a un ring?

- Para mi sí, porque aunque sea cantautor no soy supersensible, yo lucho por lo que quiero conseguir y mis canciones salen más que de la tristeza de la rabia. Y en el escenario peleo contra los elementos, es mi forma de ser. Pero quiero puntualizar que en Ucrania boxeé para ganarme el respeto de los amigos ¡nunca fui profesional, tengo la nariz entera!

- Se ha ido a Islandia a hacer este disco..., así que fue usted el que encendió el volcán.

- (carcajada) Puede ser, pero le puse mecha lenta porque lo grabé el verano pasado. ¡Ya quisiera yo ser tan explosivo! (risas)

- ¿Qué tal con Sigurdsson?

- Muy, muy intenso y difícil. Estar en el sitio y con el equipo que había trabajado con Bjork y Thom Yorke era una situación de mucha ansiedad. En Madrid me sentí en casa y controlaba la situación, pero en Islandia me encontré con una comunidad donde me sentía como el paleto de provincias. Pero me tuve que meter dentro porque estaba viviendo un sueño y tenía que aprovechar el momento. Fue como ganar una final de la Champion en campo contrario.

- Dice que está hecho en madera, material noble y vivo ¿Cómo sus canciones?

- Espero que sí, a mi me gusta la música muy orgánica, tiene un rollo acústico sin serlo, es un disco sincero, con emoción, no es un disco de plástico. Es un disco que busca mejorar las situaciones, la música es una terapia para mí, la música cura.

- Por terminar por el principio: No sé si conoce a Los Planetas, de aquí de Granada, que llevan dos discos vericueteando por el flamenco, ¿a usted que lo tiene en casa no se le ha ocurrido...?

- ¡Enorme grupo! ¡Muy grande! Soy muy aficionado y he visto cientos de conciertos en toda Andalucía, y en Madrid, pero no me gusta mezclar. Supongo que por contagio algo puede ser que haya por ahí, pero intento que los estilos estén cada uno en su sitio, no me gusta la fusión, ni la confusión.

- ¿Y si le pide Morente una colaboración?

- ¿Dónde hay que firmar? (carcajada)