JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 01/11/2019

Desde su llegada a la escena del jazz en la década de 1970, el pianista FRED HERSCH (1955, Cincinnati, Ohio) ha evolucionado desde ser un músico invitado hasta convertirse en un ícono de jazz contemporáneo. Músico multinominado a los Grammys, es una fuerza creativa, activista social, poseedor de uno de los estilos más personales y expresivos en la música improvisada y significativo compositor de canciones, estándares de jazz y obras completas originales, sea en pentagramas o papel encuadernado. Maestro de genios y con una azarosa vida digna de una película (que la hay), Hersch era una asignatura pendiente en los cuarenta años del Festival de Jazz de Granada (sí, estuvo ya en Jazz en la Costa) y se le ha reservado el concierto inaugural el hoy día 1 en el auditorio del Centro Lorca, donde actuará en trío con John Hébert abrazando el contrabajo y Eric McPherson tras la batería, músicos de máxima confianza de Hersch desde hace años: para el Downbeat, "el mejor trío de jazz del mundo".

- ¿Cómo fue su proceso de recuperación?

- Estuve dos meses en coma, y cuando me desperté pesaba menos de 50 kilos y no podía ingerir alimentos. Tenía que aprender a caminar, tragar, comer, y no tenía una coordinación motora fina, así que tuve que volver a aprender a tocar el piano. No sabía que volvería a ser un pianista de élite, pero estaba decidido a intentarlo. Mi motivación valió la pena cuando volví a tocar una semana en el Village Vanguard seis meses después del coma.

- Se dice que la música tiene un poder curativo; eso es exactamente lo que le pasó...

- Estoy bastante seguro de que la música ha sido un factor importante en mi vida. He pasado por numerosas crisis de salud en los últimos 25 años y cuando salí del coma, estaba totalmente indefenso. ¡La música me ha mantenido vivo!

- ¿Cómo se le ocurrió 'My Coma Dreams'?

- Cuando desperté hubo algunos sueños grabados en mi mente. Escribí un párrafo sobre cada sueño y se lo di a mi colaborador, Herschel Garfein, y le dije que quería hacer algo distinto, fuese vídeo, teatro... hasta dar con un guion que contemplaba mi enfermedad y recuperación interpolando esas emociones entre medias. Es un sueño de creación y un sueño de liberación.

- De vez en cuando ha comparado el jazz con la poesía... ¡Incluso con el tenis! ¿Por qué?

- El tenis es un deporte en gran medida de improvisación. El único tiro que controlas es el servicio, entonces todo es una reacción a lo que hace el otro jugador. Cada jugador tiene su propio estilo y personalidad y juega el partido de manera diferente a cualquier otra persona. Tienes que pensar un poco antes para construir el punto, pero no puedes adelantarte demasiado, y no puedes arrepentirte de un tiro que hiciste y que no te gustó. Todo está totalmente en el presente. El jazz es así: tienes que estar "en" cada frase y en un "estado de flujo" permanente en cada momento.

- Su concierto en Jazz en la Costa fue en trío, ¿es esa la esencia del jazz?

- Esto es difícil de decir. Para un pianista es un formato clásico, y la mayoría de los pianistas en un momento u otro tocan en un trío. Pero por mucho que toco trío, también toco tanto en dúos y hago muchos conciertos en solitario. Un trío son dos percusionistas (piano y batería) y un instrumento de cuerda (bajo), pero hay muchos colores y sonidos disponibles con solo tres instrumentos. Los cuartetos y los quintetos también son formatos de jazz por excelencia, pero no los he hecho tanto en los últimos años. Lo principal es la reacción a los otros músicos, y en solitario, reaccionando al piano, la acústica y la audiencia.

- También toca, efectivamente, mucho solo. Algunos pianistas dicen que se sienten como una parte del piano, como una pieza de su instrumento, ¿alguna vez te has sentido así?

- Llevo 60 años tocando el piano, así que tengo una conexión muy profunda con el instrumento como medio de expresión artística. Y cuando un pianista está practicando, ¡está tocando solo! Estoy muy cómodo en la actuación en solitario.

- Usted es uno de los últimos músicos que creció tocando en vivo, ¿qué opina sobre la enseñanza de jazz en la Universidad?

- Tuve la suerte de aprender jazz "en el quiosco de música" y ser capaz de desarrollar mi propio estilo y sonido sin hacer la "educación de jazz". Aprendí con algunas de las grandes leyendas de la música y pasé mucho tiempo saliendo con músicos mayores y aprendiendo directamente de ellos. La educación sobre jazz en este momento es un gran negocio, incluso un país pequeño como Holanda tiene seis o siete escuelas de jazz. ¡Han surgido algunos jóvenes talentos increíbles de las escuelas! Pero es un proceso muy diferente, y la mayoría de los músicos más jóvenes están orientados a tocar su propia música en lugar de aprender el canon del gran jazz y las melodías estándar.

- Tiene muchos discos en vivo, ¿prefiere el directo al estudio?

- ¡Seguro! De mis últimos ocho álbumes, siete son en vivo. Para la música de jazz, a menos que haya música muy compleja que necesite mucha edición, siento que las actuaciones en vivo capturan mejor lo que hago. Y algunos de estos álbumes fueron grabados sin mi conocimiento y resultaron ser muy buenas actuaciones. Si hay un defecto aquí y allá, está bien. Y si hay una melodía o dos que ya he grabado en otro álbum... si es una buena canción, la pongo de todos modos.

- Y muchos de ellos en Vanguard, ¿es su segunda casa?

- The Village Vanguard es mi hogar musical en Nueva York y toco allí tres semanas al año. Es tan íntimo que me siento como en mi sala de estar, sí.

- Están considerados como el mejor trío de jazz del mundo (Downbeat), ¿lo siente como un elogio o una responsabilidad?

- ¡Siempre estoy agradecido de ser reconocido por los críticos! Siempre trato de mejorar y mantener el nivel más alto posible. Al final, lo más importante es que yo (y el trío) sintamos que hemos dado lo mejor de nosotros en cada concierto. Ha sido un placer tocar con John Hébert y Eric McPherson durante los últimos diez años, ¡y esperamos que siga así!