ÁFRICA LUNA  |  Puertollano, 22/08/2019

'Najma' es título de la extraordinaria primera novela larga del artista multidisciplinar MIGUEL ÁNGEL LILLO DEL HOYO. Ediciones Puertollano ha tenido el acierto de sacar esta trepidante novela policiaca que no puedes dejar de leer y que a la vez intentas reservar para que no se termine nunca. De hecho, ya se está agotando la primera edición. Y es que engancha. Pero lo que Lillo nos presenta, más que una novela, bien podría ser un guion de una peli o de una serie, porque es muy visual, vertiginosa en el ritmo y con unos giros de locura. Pepe, con la maravillosa ilustración de la portada del libro, muestra las dos pasiones de Héctor, uno de los protagonistas de la novela: el Arte y África.

La Banda de las Flores lleva robando valiosísimos cuadros en importantes museos durante varios años. Pero esta vez, Alañón, un experimentado policía, va a por ellos. Por otro lado, la famosa escritora Jennifer Rojas encuentra por casualidad a un más que interesante artista y marchante de arte llamado Héctor.

Por si esto fuera poco, estamos ante un análisis de la sociedad en que vivimos y de nuestra responsabilidad individual de las injusticias que falsamente tomamos como ajenas a nuestra vida. Miguel Ángel sacude conciencias con una aplastante realidad que hemos ocultado para poder seguir con nuestras vidas.

Durante la novela se nos plantean muchos dilemas morales, ya que el autor nos hace replantearnos qué estamos haciendo con nuestras vidas. Sin ir más lejos, nos hace preguntarnos: ¿de dónde salen los minerales para hacer los componentes del ordenador con el que estoy escribiendo este artículo?, ¿qué precio se le está pagando al país de origen por extraer los recursos?, ¿qué condiciones laborales tendrán esos trabajadores?, ¿trabajarán niños?, ¿el gobierno de ese país velará porque todos sus habitantes tengan acceso a los recursos básicos como agua potable?, ¿qué impacto tiene la obsolescencia programada de un portátil en el medio ambiente?

Podría decir que 'Najma' es una hostia de realidad que nos recuerda que pertenecemos a esos ricos del planeta que, por pocos recursos que tengamos, podemos, por ejemplo, acceder a tener agua corriente, aunque sea de una fuente pública.

Enlazando la historia con la realidad, la trama nos hace analizar cómo se pagan las cosas y el valor que realmente tienen. Pero si nos ponemos a analizar el valor de las cosas... el pasado abril se incendió la catedral de Notre Dame de París y para poder reconstruirla surgieron miles de donaciones en muy poco tiempo. Sin embargo, todavía no hay una respuesta humanitaria conjunta de la Unión Europea sobre los migrantes en el Mediterráneo.

Es una simple cuestión de respeto y de conciencia de las consecuencias del colonialismo salvaje que occidente ha tenido sobre sus colonias. No es más que exigir unas condiciones dignas para explotar recursos con responsabilidad y siendo conscientes que lo que hacemos de manera individual tiene consecuencias globales. Para eso toca hacer autocrítica y replantearse cada uno el valor de las cosas. ¿Vale más un cuadro o la vida de un pueblo que se muere de hambre y de sed?