HERMINIA MARTÍNEZ  |  Jaén, 02/01/2007

Una de las más respetadas intérpretes de la canción ranchera mexicana es CHAVELA VARGAS. Lo curioso es que la ranchera es un género típicamente masculino y Chavela es costarricense y mujer. Abandonó su país natal con 14 años y se estableció en México pero no se hizo cantante profesional hasta llegar a los 30. Los textos de las rancheras nos acercan al ganado, a la vida en el rancho, a los desengaños amorosos y las canciones de barra y tequila. Uno de los principales compositores fue José Alfredo Jiménez y Chavela Vargas la mejor interprete de sus temas.

Amiga de Agustín Lara, musa de Diego Rivera y amante de Frida Kalho. Chavela, con su poncho rojo y su comportamiento claramente homosexual la convirtieron en objeto de escándalo y censura: vestía como un hombre, fumaba tabaco, llevaba pistola y coqueteaba con las mujeres del público mientras cantaba canciones de amor. Acabó en la lista negra por su "conducta obscena". Ella misma dice que ni presumió ni negó ser lesbiana, se preocupó de vivir siendo ella misma. Su manera de interpretar las canciones es única: su forma de articular la voz, el juego con el tempo y la modulación del volumen, su intensidad al desgranar las letras, su entrega absoluta al sentimiento cantado la hacen única en este género. "Nada me han enseñado los años / siempre caigo en los mismos errores / otra vez a brindar con extraños / y a llorar por los mismos dolores. / Tómate esta botella conmigo / en el último trago me dejas".

A mediados de los 80 el alcoholismo puede con la estrella y desaparece de los escenarios. Su hermano calculó la cantidad de alcohol ingerido y pasaron a llamarla "la dama de los cuarenta y cinco mil litros de tequila". Pueden oírse muchas leyendas en torno a ella y a su comportamiento. Tras quince años en el fondo de la botella y tras tres meses seguidos sin parar de beber, deja la adicción en 1990. Almodóvar tuvo bastante que ver con su vuelta a los escenarios. La recuperó para la Banda Sonora de la película 'Tacones Lejanos', con la canción 'Luz de luna' y el público volvió a acogerla en sus brazos. Fueron unos años de giras, de nuevas grabaciones de discos y de reconquista de los escenarios. En su regreso Joaquín Sabina le dedicó la canción, 'El boulevard de los sueños rotos', a la mujer a la que él llama "La mujer del Poncho Rojo". En 2002 volvió a la pantalla grande con un papel en la película 'Frida' donde canta 'Paloma negra' interpretando a la mismísima dama de la guadaña.

La discografía de Chavela Vargas hay que dividirla en el antes y el después de su retiro. En total habrá grabado 80 discos. La nueva discografía aparece a partir del año 1991, con desiguales fortunas según los productores y discográfica.

En 2006, con 84 años, decidió abandonar los escenarios con una gira internacional. Tenía miedo dejar de ser ella en el escenario y defraudar al público. En el concierto despedida presentó a Lila Downs: " Ya me voy porque los años pasan, pero la dejo a ella en mi lugar". Lila Downs, con estética a lo Frida Khalo acaba de editar su nuevo disco 'La Cantina. Entre copa y copa', donde une las rancheras con el rock y toques de electrónica. Otras seguidoras de la Vargas, con diferentes estilo y fortuna, han aparecido en la escena mexicana e internacional. La mexicana Astrid Hadad es hija de una mujer maya y un inmigrante libanés. Recoge viejas canciones mexicanas y las reinterpreta como números de cabaret de mediados de siglo XX. En sus letras hay crítica social y política pero el concierto es un debate entre la comicidad y el drama. Es una mujer fuerte, en la línea Vargas , pero no comparable en el aspecto musical. La que sí canta a los sentimientos como pocas es la canadiense Lasha de Sela. Su primer disco se llama 'La llorona' haciendo un claro homenaje a Chavela, y sus temas se interpretan en inglés, francés y español. Las letras ya no nos hablan de ranchos y cosechas pero sí se adentran en la particular filosofía del alma y sus arrebatos. Mujeres tristes dejando regueros de lágrimas.