VALLE  |  Puertollano, 05/05/2019

No sé, a veces tengo ideas tontas. El caso es que estoy convencido de que cada una de las 7300 millones de personas que existen en el mundo son irrepetibles y tienen una misión específica en el planeta. ¿Qué diríais de Newton, Beethoven o Allan Poe? Seguramente saldrán de nuestra boca palabras como genios, grandes talentos o, incluso, brillantes pensadores. En cambio y casi lógicamente, fueron marginados por una gran parte de sus coetáneos. La esquizofrenia del primero y los trastornos bipolares de los segundos no inspiraban confianza a nadie y se vieron abocados a la soledad. A pesar de eso, cumplieron su misión específica y hoy el mundo sería diferente si ellos no hubieran existido.

Estoy seguro que THE BUYAKERS también piensa que cada uno de nosotros somos irrepetibles y que, además, a todos nos une un punto de locura. De hecho, en uno de sus más intrépidos rocanroles, nos definen y se definen como "Locos de atar". Sin embargo, aparte de sus geniales composiciones y de sus sensacionales actuaciones, esta extraordinaria banda se caracteriza por crear tal energía que todos y cada uno de los que han asistido a sus conciertos se han sentido únicos. Nadie, por muy loco que parezca, se puede sentir excluido, marginado o incapacitado viendo o escuchando a The Buyakers. Por eso, me parece un gran acierto que el magnífico disco en directo que conmemora sus diez años en la escena se llame 'Donde caben dos...'

No recuerdo en qué ciudad cayó la lotería el pasado 22 de diciembre pero los que seguro que fueron muy afortunados son los puertollanenses. Ese día, en el Auditorio Municipal Pedro Almodóvar de su localidad, se celebró un concierto sinfónico inolvidable en el que The Buyakers, junto a la AMC, banda de música de Puertollano, deleitó a la concurrencia que llenó el recinto. Por suerte también para los que no pudimos asistir, todo lo que allí acontecía quedó grabado en el mencionado CD + DVD 'Donde caben dos...' que ha sido lanzado el pasado 26 de abril. Un álbum que muestra un directo de una calidad inmejorable en el que, además de la referida 'Locos de atar', disfrutaréis, ahora con una potente base filarmónica, de canciones sublimes como 'Cuatro vientos' y sus aires folk, de la muy vital y cabaretera 'El bar de los muertos', de la rompedora 'En dirección contraria', de la balada perfecta para bailar en pareja y enamorar 'Ahora que la luz se apagó', de la marchosa, cinéfila y original 'No somos Tarantino' o de la pegadiza, espectacular y acertadamente elegida como single 'Payaso triste'. Un disco tan lleno de sorpresas que no solo sería imposible nombrarlas todas sino que, sobre todo, sería irresponsable por mi parte. El mejor rock, swing, blues o funk al que The Buyakers nos tiene acostumbrados, se eleva, vuela y nos invade gracias a la perfecta sinfonía de la AMC Banda de Música de Puertollano. Un placer para todos los sentidos que solo podía nacer de la privilegiada e ingeniosa cabeza de su líder, guitarrista y vocalista Sergio González "Suko" que, como todos los genios, es polivalente. Así, no es de extrañar que un formato televisivo como El Hormiguero que a diario consigue sorprendernos y divertirnos, tenga a "Suko" como guionista y colaborador con personajes como "El comprobador del frac" o asombrándonos mientras toca música con cualquier artefacto junto a los Swingvergüenzas. Pero The Buyakers no es solo "Suko", es una gran "Big Band" merecedora de todo reconocimiento gracias a la química, la sintonía, la maestría, el gran trabajo y la siempre efervescente ilusión de gente como Grego Merchante a la batería, Fernando Fernández al trombón, Carlos Mazoteras al laúd y otras cuerdas, Fernando Ortega al bajo, Jonathan Blanco "Johnny" a la trompeta, Pablo Cobos a los teclados y Víctor Mohedano "Vic" a la guitarra.

La primera vez que escribí una crónica sobre The Buyakers los calificaba, más que como buenos músicos que también, como grandes magos. Me equivoco muchas veces pero, sin duda, con ese calificativo atiné en el centro de la diana porque ahora, escuchando 'Donde caben dos...', asisto atónito a otro de sus increíbles trucos de magia. Parece de locos pero, mientras lo disfruto, siento que yo también estaba allí aquel 22 de diciembre. Siento su energía unificadora e, incluso, los veo radiantes haciéndonos a todos partícipes de la música con su habitual pasión, humor e ilusión. Entonces, no puedo evitar pensar cómo sería esa gran energía integradora que The Buyakers despliega en otros ámbitos como la política. ¿Seríamos capaces de pasar de absurdas ideologías que nos separan en dos bloques porque alguien realmente contara con cada uno de nosotros y gobernara para todos y cada uno de los irrepetibles locos? ¿Es tan difícil lo que consiguen estos magos en sus conciertos? o... ¿Quizás solo es cuestión de trabajo, abnegación, ilusión, compenetración, comprensión y respeto?... No sé, a veces tengo ideas tontas.