JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 20/03/2019

De ARTURO CID se puede decir que fue socio fundador del saxo-jazz en Granada (otros anteriores serían Manuel Morales, Soteras, Caito Dessi, Paxariño... por ejemplo) y que pertenece a la promoción de músicos impulsores de este género en Granada, hasta hoy. También pasó por el rock con TNT y el pop con La Guardia, hace guiones y músicas para cine y series, crítica musical, y es un erudito conocedor de la historia del jazz "de los que se saben las alineaciones de la orquesta de Louis Armstrong como si fuera un equipo de fútbol", dijeron una vez de él. Este miércoles se reúne con amigos de toda la vida para actuar en la Lux de Granada (22h) dentro de la programación Oolyakoo. Con ustedes "el tenor".

- Usted casi vio nacer el jazz en Granada, ¿en qué momento estamos ahora?

- Decir "casi" es lo más exacto. Aunque yo llegué muy pronto, me incorporé a los grupos que ya llevaban un tiempo tocando. Por entonces era muy complicado. Hacíamos cola para fotocopiar los escasos métodos que llegaban de la mano de músicos de fuera; era imposible conseguir discos más allá de cuatro títulos. Ahora es muy distinto, resulta fácil encontrar gente con la que tocar jazz, y también acceder a toda clase de información y educación reglada. Los grandes maestros están en YouTube y hay magníficos tutoriales para casi todo. Vivimos en un momento dulce para la música.

- ¿Hay un antes y un después de la institución de la asociación Oolyakoo, que además ha conseguido estabilizarse...?

- Ya sabe usted que no era el primer intento de crear una asociación. Muchos recordamos aquel primer Club de Jazz del Centro Artístico. Los aciertos y errores del pasado, sumados a la energía de los nuevos músicos y aficionados, han hecho de Oolyakoo uno de los proyectos culturales más importantes de Andalucía, el auténtico motor del jazz en la ciudad. Llevamos casi siete años programando música en directo ininterrumpidamente, y el concurso de arreglos para big band que promovemos con la colaboración de la Fundación SGAE es un referente a nivel nacional.

- Usted, Guillermo Morente, Andrade, Julio Pérez... fueron los pioneros en los años setenta/ochenta, ¿se nota socio fundador? ¿Y continuador?

- Todos los que usted nombra estaban ya en activo cuando yo empecé, aunque ya le digo que rápidamente me integré con ellos. Yo tenía dieciséis años cuando comencé a tocar. Sí que creo haber sido uno de los primeros en la ciudad; lo que no sé es si eso tiene algún valor en sí. Hubo unos años en los que parecía que no iba a haber relevo generacional y fuimos la única referencia local para los que estaban interesados en esta música. Con la creación de nuestra primera Big Band a mediados de los 90 empezó a aparecer gente joven con muchas ganas de tocar. El nivel que hay ahora en Granada es impresionante. Si de alguna manera los que empezamos hace años allanamos el camino, podemos sentirnos orgullosos.

- Por cierto que varios de ellos forman la banda con la que actúa este miércoles...

- Me gusta tocar con los compañeros de entonces, y también con gente más joven. Guillermo Morente -que por cierto está realizando una magnífica labor como presidente de Oolyakoo-, Pedro Andrade y yo llevamos haciendo música juntos desde 1981, que se dice pronto. Sergio Díaz, el batería, otro de los fundadores de Oolyakoo, es de una hornada más reciente, pero también llevamos tiempo tocando juntos.

- Los conciertos del Lux son un éxito; en la provincia hay cinco festivales de jazz... ¿empieza el jazz a ser mayoritariamente minoritario?

- No lo sé. En España nunca se puede cantar victoria en lo que respecta a la cultura, quizá porque nunca hemos dejado que cuaje nada. De hecho, la mayoría de los avances se producen más gracias a la buena voluntad de músicos y aficionados que a políticas culturales de largo alcance. Quizá en nuestro país los conceptos "política cultural" y "largo alcance" sean excluyentes. Espero que tenga usted razón en su apreciación.

- ¿Saxo, clarinete, theremin o serrucho?

- Con los instrumentos me pasa igual que con los estilos, que me cuesta quedarme quieto. Me fascina desde niño el sonido de los instrumentos y no puedo dejar de curiosear. Mis instrumentos principales son el clarinete y el saxofón, pero sí, lo reconozco, soy de esos pocos "frikis" que tocan el theremin. Y me encanta el serrucho. La artista Alessia Desogus, con cuyos proyectos me siento especialmente identificado, me da la oportunidad de experimentar con todos esos instrumentos, y también con el banjolele, la mandola… ¿Quiere usted escucharme tocar el mellophonium?