JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 21/02/2019

Seis tipos de mediana edad, barbados, vestidos de negro y mirando con cierto desafío al objetivo son EGON SODA. Son la mitad de Mi Capitán y de otros muchas marcas actuales o pasadas porque, sea en directo o en estudio, Ricky Falkner (Standstill, Quique González/Lapido, productor de LOL, Sidonie, Berri Txarrak, Zahara o Luz Casal); Pablo Garrido (Beth, The New Raemon y el productor de Mi Capitán); Xavi Molero (Nada, Alfaro, Iván Ferreiro, etc.); Ricky Lavado (Standstill, Nudozurdo); Charlie Bautista (Jero Romero, Christina Rosenvinge, Xoel López...) y Ferran Pontón son nombres que como se ve están muy solicitados y son valores contrastados. ¿Supergrupo? Pues eso dicen en estos casos.

Montados como reflejo en el tiempo de una idea de instituto, en los últimos diez años han tenido unas vivencias colectivas guadianescas, con largos periodos entre disco y disco, tantos que su segunda edición llevaba el subtítulo de 'El Difícil Segundo Disco De Egon Soda'. Su última producción ha sido 'El rojo y el negro' el año pasado. Aunque musicalmente su estilo pueda ir desde el sonido americana hasta sonidos más oscuros, Egon Soda se ha caracterizado por saber adaptar distintos géneros a sus necesidades expresivas, dotándolos siempre de una fuerte identidad personal en lo musical, más en lo lírico y en lo político, porque este álbum vehicula muchas inquietudes y muy explicitas, superando las crípticas figuras habituales en la pluma de Pontón. Rojo y negro son dos colores muy identificables, tanto en la mesa de juego como en las barricadas, si bien para ellos el sentido es muy otro: "El rojo simboliza las letras, una concepción sobre el papel de las personas en la política y el de la política en las personas y, por otro lado, el negro es la parte más musical, y está relacionado con la música afroamericana". Hoy jueves 21 (22h) se apretarán en el escenario del Boogaclub de Granada.