JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 21/11/2018

"Me llamo Boza y hago canciones". Así comenzaba su presentación en la plataforma a la que acudió para financiar su primer disco. "Llevo varios años haciéndolas, colgándome en Internet y tocando por un montón de bares, salas y todo tipo de lugares inhóspitos y hospitalarios también. En todo este tiempo he acumulado muchas canciones, muchos conciertos y muchas grabaciones caseras. No tengo un plan, pero tengo un sueño", y con estas definitivas palabras ha casi cuadruplicado lo que necesitaba.

Se hace llamar Boza, CARMEN BOZA, pero ese no es su apellido, el nombre sí es real, y tras pasarse cinco años subiendo videos a YouTube, entregar dos maquetas grabadas en casa -'Lapislázuli' y 'Rollitos de primavera'-, y trabajar alimenticiamente como guitarrista del grupo de fans Auryn, celebró con cava la confianza de sus "micromecenas". Por aquí la vimos aún bisoña, pero ya encantadora, en uno de los primeros Granapop.

Así salió 'La Mansión de los Espejos', quince temas de presentación con un equipo y luego una compañía VIP en la que esta cantautora eléctrica no se sintió a gusto del todo. Cuatro años después de su debut, Carmen Boza reaparece con 'La Caja Negra', nueve tomas descritas en Efeeme como "fruto de grandes rupturas y de quemar varios intentos de disco hasta dar con el definitivo", ya que lo grabó varias veces antes de llegar a publicarlo. Fruto de un cambio de régimen vital y profesional, nada amable al aparecer, la gaditana ha preparado unos textos de sinceridad confesional, directos y viscerales, acunados en formatos de rhythm&blues y pop rock, en ocasiones bastante enchufados. Un reseteo absoluto para volver desde la autogestión y la casilla de salida. Se llama Boza y también da conciertos: mañana día 22, (20:30h) en el Lemon Rock abrirá su caja negra personal.