ARTISTAS, GRUPOS...:
Pájaro | Andrés Herrera Ruiz | Antonio Lomas | Paco Lamato | Ricky Candela | Ángel Sánchez | Raúl Fernández
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Pájaro, con el incomparable Andrés Herrera Ruiz al frente, actuaban el pasado viernes en la sala Aliatar de Granada, firmando un concierto de los que crean afición a la música en directo, enorme en ética y estética rock, y que nos narra Juan Jesús García.
Andrés Herrera Ruiz, alias PÁJARO, es un músico sevillano con ya muchos tiros pegados. Dejó ya de ser un revólver de alquiler (Pata Negra, Kiko Veneno, Sacramento junto al totémico Silvio, Los Chanclas, Triana...) para bautizar con su apodo a su grupo. El que fuera antes guitarrista de los seminales Brigada Ligera (y arrendado en los "cool" Dulce Venganza) tardó media vida en sacar el estupendo 'Santa Leone', álbum elogiado desde todas las esquinas del país, que prolongó con 'He matado al ángel' y hace nada con 'Gran Poder', trilogía espiritual de su filosofía sonora como su admirado Sergio (con otro trío: él, Eastwood y Morricone) hizo la del dólar: 'La muerte tenía un precio', 'El bueno, el feo y el malo' y 'Por un puñado de dólares'. "En Sevilla ni al más punki le toques el 'simpecado'" dijo una vez un ilustre emigrado a la capital, y así Herrera titula su disco con el apellido de uno de los iconos de la semana santa hispalense.
Nunca llegó a tocar en Granada otro mito capitalino, Silvio Melgarejo, y eso que tiene una calle a su nombre (en la Chana). Sin duda fue el tipo más peculiar que ha dado el rock andaluz, con su alucinada espiral etílica de rockanroll, canzone italiana y marchas cofrades. Allí, a su derecha estuvo Pájaro tocándole la guitarra, que ahora sigue sacando ese paso a procesionar, añadiendo de su cosecha más elementos: el punto Tabernas por ejemplo, el trémolo Fenderswing, un simpático -y tierno- discurso verbal, y una formidable ("no, lo s...") banda en directo.
Tras su paso por Cajagranada y el Planta Baja ahora le ha tocado estrenar disco en la sala Aliatar, que a su vez hacia lo propio también con un nuevo equipo de audio que mejora mucho (en calidad... ¡y en cantidad hasta niveles perjudiciales para la salud!) lo ya escuchado pretéritamente en ese espacio. Con ese avance en los oídos y entre una humareda de incendio incontrolado salieron a escena Herrera y los suyos. Entre ellos se encuentra el baterista granadino Antonio Lomas, que ejerce de tamborilero ahora mismo en cuatro banda distintas, y que aquí marca el paso galopante igual que en Dolorosa dibuja con trazo fino y delicada sensibilidad.
Una sintonía perfecta para cualquier novela de Marcial Lafuente Estefanía ('Corre chacal') sirvió de llegada al sexteto de a tres guitarras en formación y trompeta tan fronteriza-mex como de cornetas y tambores. Herrera y la bandada son un equipo impecable, tanto arreglando los temas con los mimbres antes señalados y ya definitivos en su personalidad sin que se noten las costuras, como trazándolos tan frescos (¡a pesar del paisaje imaginario de secano radical!), pero sobre todo desarrollándolos en directo. A pleno régimen se lanzan en electrizantes y enormes cabalgadas de guitarras dignas de cualquier Jamband en pleno desmadre (por momentos parecían los hermanos Allman redivivos). Y es ahí donde Raúl Fernández (al que el jefe asegura que debe su reconversión de escudero en caballero), resultó enorme en ética y estética rock, con Paco Lamato al otro lado que ejerce de productor del total. En el bajo y completamente limpio de rimmel estaba Ricky Candela (de los glamurosos Labios), y en el centro del equipo el trompetista Ángel Sánchez, que cada vez que soplaba entraba como un estoque hasta los higadillos.
Entre los tres discos ya mencionados armaron un concierto de los que crean afición a la música en directo, tanta que hasta los que esperaban turno para no sé qué tipo de fiesta temática posterior aplaudieron generosamente, aunque no supieran que, por ejemplo, 'Los callados' (que dedicó a Lorca) está inspirado en algo tan escasamente de viernes noche como las víctimas de la guerra civil. "No hay grupos malos, pero sí públicos muy buenos, como ustedes", dijo con acento veraz Herrera antes de despedirse, haciéndolo con su versión espagueti-punk del 'A galopar' de Paco Ibáñez/Alberti. ¡Menudo pájaro!
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Prometemos no ponernos pesados... ;)
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