JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 23/05/2018

Piensen en unos Guadalupe Plata nacidos en Brooklyn y recuerden cuando un desatado Allfreedom soplaba con ellos huracanes de blues en las lenguetas de su armónica... y vayan haciéndose una idea de DADDY LONG LEGS: el susodicho Daddy Long Legs (Brian Hurd) con Murat Aktürk y Josh Styles. Un demenciado trío de blues salvaje, crudo y chorreando sangre que se ha hecho hueco en la ciudad de Nueva York a base de deshidratarse sudando en cada concierto.

La banda, que partió siendo un dúo de armónica y guitarra, adquirió una nueva dimensión cuando Josh Styles introdujo la batería al sonido del grupo. Pero es el enloquecido Daddy Long Legs el epicentro del grupo, un armonicista que eligió el instrumento más portátil que hay (bueno, sí, junto con el arpa de boca y el kazoo) tras sentirse desubicado en la Nueva York a la que llegó de adolescente desde su St. Louis natal. Allí, junto a un guitarrista primero encontró la pareja ideal, hasta que el añadido de la batería (veamos: tocada con látigos, cuernos, maracas...) terminó de cuadrar la paleta tímbrica del asunto. Eso sí, la locura la pone el solista ya que "tocar la armónica es un arte perdido”, comentó en una entrevista.

Daddy Long Legs han editado dos álbumes de estudio, un disco en directo y unos cuantos epés, pero llevan pisando escenarios de todo el planeta desde el minuto uno de su existencia. Un concierto de Daddy Long Legs bebe del blues de raíces, del Delta o de la electricidad de Chicago, pero las enseñanzas de Robert Johnson, Howlin' Wolf o Little Walter llegan filtradas a través del punk de los 70, del pub rock de Dr. Feelgood o de bluesmen de caverna como Oblivians, The Gories o Jon Spencer. Sirve Serpiente Negra, garantía de calidad. Hoy miércoles, 23, en el Planta Baja de Granada, a partir de las 21h.