JUANMA CANTOS  |  Madrid, 25/03/2010

Absolutamente brillantes en directo, los norteamericanos HAYSEED DIXIE han traído esta noche hasta la sala Caracol de Madrid una auténtica fiesta al más puro estilo de la América profunda, pero transportada hacia el rock y el hard rock.

Los de Tennessee son una banda de que toca rock con instrumentos folk, con un sentido del espectáculo y de la diversión a prueba de bombas. Estos cuatro hillbillies con pintas de malotes, en formación totalmente acústica de bajo, banjo, mandolina y violín, se atreven con lo que sea, sin más florituras que las que exigen los instrumentos que acarrean en escena. Surgidos como un homenaje a sus amados AC/DC (incluso en su nombre), basan su espectáculo, no podría ser de otra manera teniendo estos maestros, en la revisión de clásicos del rock de todos los tiempos, de uno y otro lado del Atlántico, tamizándolos de country y folk.

Los de Barley Scotch salieron "a saco" al escenario, con su revisión del 'Breaking The Law' de los Judas Priest... y así siguieron durante todo el concierto, aumentando la intensidad conforme avanzaba la noche. En su presentación, Scotch chapurreó en nuestro idioma, repitiendo, ya en el suyo, lo que nos habían contado en la entrevista que hace pocas fechas publicábamos en nuestra revista: "Cantamos sobre beber, engañar, matar y el infierno", toda una declaración de intenciones, para, a la velocidad del rayo, cambiar guitarra por violín y pisar el acelerador con un 'You shook me all night long' que sonó atronador, a pesar de que, como ya he dicho, no cuentan ni con batería ni con guitarras eléctricas ni nada que les asocie, en principio, al hard rock. La forma en la que atacaron el 'Paint it black' de los Rolling Stones, entre los constantes guiños y muecas de un Deacon Dale Reno vestido con peto vaquero y pantalones cortos, y las poses de un Reverend Don Wayne Reno, que tocaba su banjo a toda velocidad, como si de ello dependiera su vida, dejaba claro que no nos iban a dar tregua, planteando una fiesta que siguió con otros temazos como 'Centerfold', 'Hell's Bells', 'Black Dog'... una colección de clásicos que se sostenían en la contundencia del bajo del barbudo Jake Byers. En fin, buen criterio a la hora de elegir el repertorio y originalidad a la hora de ponerlo en escena.

"Estos tíos son la bomba", comentaba junto a mí un jovencito con muy poca pinta de rockero que, ante lo que se estaba escuchando, se había acercado hasta la primera fila. Efectivamente, amigo, son "la bomba".