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'The show must go on', pieza emblemática del coreógrafo Jérôme Bel, fue interpretada en cuatro únicas funciones por la Compañía Nacional de Danza, bajo la dirección artística de José Carlos Martínez, en los Teatros del Canal. Crítica de Martin Page.
Un Dj colocado enfrente del escenario y de espaldas al público pincha dieciocho canciones pop que forman parte de nuestra memoria personal y colectiva. En el escenario, veintiún intérpretes realizan acciones que se corresponden con el significado del título o la letra de cada canción. ¿Como reaccionarían ustedes ante un espectáculo tan sencillo?
La reedición de 'THE SHOW MUST GO ON', una pieza creada en 2001 por el bailarín y coreógrafo francés Jérôme Bel, llegaba a la sala grande de los Teatros del Canal y, desde luego, no ha dejado a nadie indiferente.
La propuesta no puede ser más básica y obvia y por motu propio se acaba convirtiendo en una prueba de paciencia y percepción para el espectador. Las canciones elegidas para el espectáculo forman parte del imaginario popular y son bien conocidas por todos: Beatles, Bowie, Queen, Police, Celine Dion (e incluso 'La Macarena') sonando a todo volumen mientras vemos sobre el escenario a una variada e integrista representación humana expresándose libremente y sin tapujos a través del baile intuitivo y no profesional.
Finalmente 'The Show Must Go On' acaba jugando con la estática capacidad participativa del espectador y, en el fondo, pretende tratar de algunas cuestiones diarias de nuestra sociedad (soledad, alienación, borreguismo, felicidad, horterismo) apelando a nuestros sentidos más básicos de conciencia colectiva a través de algo tan sencillo como puede ser un puñado de canciones y bailes ejecutados sin ningún tipo de pudor.
Otra cosa es que lo consiga, pero, desde luego, merece la pena comprobarlo.
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Prometemos no ponernos pesados... ;)
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