JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 20/02/2018

Granada es también "Ciudad del jazz". Nuevos nombres surgen cada temporada y las promociones de jazzistas se van sucediendo hasta el punto de que, como en otras profesiones, numerosos músicos se han tenido que marchar de Granada para conseguir vivir de su oficio. MIGUEL DE GEMMA (Miguel González) es uno de los que han despuntado, y no es el único de su promoción, además están tan bien avenidos que suelen colaborar unos con otros. Así para el concierto que va a dar en el Lemon (hoy martes, 20 de febrero, 21h) con el trío base que forman Cuni Mantilla con el contrabajo y Alfredo Sarno sentado tras la batería, "habrá muchos invitados", avanza el saxofonista, aunque no quiere desvelar nombres más allá de los de Blasa Sáenz y Esther Crisol; dos cantantes precisamente, porque Miguel además de componer todo el material sonoro también ha puesto letras a las piezas: "he intentado cantarlas", dice, "pero mejor que lo hagan otros y yo me concentre en el saxo", comenta. En los últimos tiempos las zonas de formación y trabajo interseccionan, y así hay saxofonistas cantaores (como Lizana), o bajistas y guitarristas que también le dan al cante (como La Tremendita). Generación multitarea que se llama.

Miguel de Gemma se cambió el apellido para no coincidir con el músico catalán de mismo nombre de pila, y ha estado en formaciones como Eronoel, Flowin Project o el conjunto de La Blasa, con el que estrenó el disco 'En Vivo' en el festival de jazz de Atarfe, Jazz en el Lago, en su edición de 2016. De la mano de su maestro, David Defries, Miguel Fernández ha efectuado búsquedas en tres direcciones: hacia las armonías, los ritmos y los timbres que, nacidos en distintas épocas y lugares, han llamado la atención de su curiosidad intelectual, apelando a su sensibilidad artística y a su propia manera de entender la música; partiendo desde el eclecticismo que presidió su temprano contacto con la música se sitúa entre el concepto del jazz de los maestros y la tradición, y las músicas meridionales en un completo y jugoso sincretismo inspirado por la filosofía global de la escuela del trompetista británico.