VALLE  |  Granada, 14/12/2017

Eres tan seria que, si fueras mía, solo serías mi-seria. Aparte del juego de palabras, cuando uno llega a esta conclusión, no queda más remedio que romper la relación. Y no me refiero a la seriedad de alguien que es cumplidor. Me refiero a la seriedad de alguien que siempre es circunspecto y monótono. Esa seriedad que lleva a hacer las cosas solo de una manera. Esa falta de variedad que va empobreciendo a las personas e involuciona a (lo diré con otro juego de palabras) tú veraneas en Ibiza y ella en-vidia. Y así, primero por culpa de la envidia, va convirtiéndose en esa miseria con la que empecé este texto. Todo se va deteriorando y al final pasado el tiempo (usaré otro juego de palabras) tú solo eres de Jaén y ella de-nigra. Por tanto, deja a la seria y busca a la que se-ría. Busca a la que le guste variar, a la que sepa vivir de varias maneras. Si las personas fueran canciones, la seria solo tendría un ritmo y una melodía que nunca te dejará cambiar. Sin embargo, te aseguro que hay personas que son como canciones de YETIBLACK. Canciones con cuatro o cinco melodías diferentes, con constantes cambios de ritmo, vertiginosas y lentas al mismo tiempo y con variedad de tonos, colores y matices.

Yetiblack es un quinteto granadino que se formó en octubre de 2012 y, tras dos trabajos y varios cambios de formación, esta noche presentan su nuevo álbum 'The Seventh Stage' en la sala Planta Baja de Granada. El primero con su actual vocalista Iván Jordá que borda las partes melódicas y las susurrantes a lo The Cure y, en las partes más duras, saca toda su fuerza vocal y recuerda incluso al heavy metal o hard rock sinfónico de los setenta y ochenta de grandes bandas como Deep Purple o Whithesnake, dándole al grupo un aire épico. Yetiblack es un conjunto de post rock con influencias de grupos como Smashing Pumkins, Foo Fighters, Tool o A Perfect Circle. Fundamentalmente un rock de experimentación que nos da tantos cambios de sonidos, ritmos y melodías en cada tema como cambios de ánimo tenemos a lo largo del día. Desde los sonidos más suaves y armónicos, por ejemplo, con arpegios en las últimas cuerdas que suenan acuíferos hasta los riffs más frenéticos y salvajes. Sus juegos de voces son magistrales y genuinos, su progresión en todos los temas no deja indiferente y su batería, a contratiempo o con originales ritmos es de lo mejor que se puede escuchar en el circuito rockero nacional. Las cinco largas pero entretenidísimas canciones que contiene 'The Seventh Stage' son 'Fallout', 'Sickness', 'Shells', 'Push' y 'Cycles'. Sus letras, en inglés, están muy bien trabajadas y son creativas, ingeniosas, oscuras y desgarradas. Nos dejan reflexiones como "el hoy está huyendo" o "estamos todos a bordo de este viaje enfermizo con un dios que no conoce reino" o también "la búsqueda de la cordura termina y fracasa" o sentenciar con "el miedo mata todas las posibilidades".

Junto al vocalista Iván Jordá, Yetiblack son Israel V. Mora (guitarra y coros), Cristóbal Montalbán (bajo), Francisco del Cobo (guitarra) y el genial Ale Manca (batería, percusión y coros).

Yetiblack es una banda que experimenta con todas las posibilidades del rock y el resultado son canciones muy trabajadas y variopintas que son como diamantes.

Así que, si aún no la tienes, busca una persona que sea como una canción de Yetiblack porque entonces (permitidme seguir jugando) tú veranearás en Ibiza y ella en-fatiza, en-cauza y en-seña.