LUISMI OCHOA  |  Jaén, 07/11/2017

Basada en la novela de Penelope Fitzgerald, estamos quizás ante la vuelta de Isabel Coixet a un mundo al que ama profundamente, como es el de la literatura, que ya se nos mostró en una adaptación teatral de '84, Charing Cross Road'.

Se nota que Coixet llevaba tiempo tras esta novela, por el tratamiento exquisito que de ella ha hecho y con un trabajo actoral impecable, plagado de estrellas y un rodaje con imágenes imponentes de la costa norirlandesa.

Una cinta en la que nos muestra la amistad y solidaridad entre mujeres, y cómo luchar contra lo establecido en una sociedad que no comprende, o no quiere hacerlo, en los finales de los años 50 en la Gran Bretaña.

Como bien sabemos, las adaptaciones de novelas son complicadas y ella misma ha declarado que tuvo que hacer frente a una adaptación menos radical que la obra original, dotándola para mi gusto de un poco más de esperanza, y dándoles a los protagonistas un mayor peso específico que en papel.

Quizás muchos vean en esta obra un halo autobiográfico, pero sobre todo estamos ante la lucha de una mujer libre contra una sociedad que quiere someterla, no pretendiendo en ningún momento ser una heroína, sino inconformista a la hora de doblegarse ante el miedo a lo diferente.

Para mí, sin duda tiene una belleza especial, parecida a una de sus mejores obras, 'A los Que Aman' (1998), con esos paisajes llenos de poesía y esa secuencia frente al mar, que es una maravilla, donde los personajes se mimetizan a través de sus sentimientos con la naturaleza, que forma parte importante en esta película.

Finalmente, decir que estamos ante una obra que ensalza a la lectura (ya que, intentando no "destripar" lo que nos vamos a encontrar, trata de la lucha de Florence, interpretada por Emily Mortimer, por convertir una antigua casa en una librería y su pelea con los aristócratas que tratan que no lo logre) y la capacidad que tiene ésta para formar nuestra libertad.

Sin duda, estamos ante una cinta cargada de muchas esperanzas y que gustará al espectador. Solo recomendar no verla como meramente una lección moral, sino como un gran cuadro lleno de diferentes matices sobre la incomprensión y la valentía.