JUANMA CANTOS  |  Madrid, 31/10/2017

Nos citamos en Delia Records con Alfonso Sáenz, quien anda ensayando para el concierto del próximo viernes, 3 de noviembre, de XTRATERRESTRE y Cerdito en la sala Fun House de Madrid. Músico (compositor, guitarrista, cantante...) que, tras su paso por formaciones como Café Flesh, The New Funk Project, Good Shit o Sorgorda y Surfea, ahora se embarca en un proyecto en solitario, desde el castizo distrito madrileño de Arganzuela hacia el espacio exterior.

Acaba de autoeditar un ep homónimo, grabado en el Mahare Estudio del no menos poliédrico Marcos Carnero. Quién mejor que el propio artista para hablar de su obra. Abrimos comillas:

Las composiciones de Xtraterrestre parten de una idea inicial, de un concepto o de una historia (ficticia o real), cuyo hilo conductor es la ciencia ficción. Todas las verdades y mentiras de nuestro tiempo pasan por la ciencia ficción: el universo contiene infinitos saberes y perspectivas de pensamiento; lo es todo. Y los humanos forman parte de él, aunque haya sujetos que aún consideren que los astros giran alrededor de ellos.

Resulta difícil aceptar que, entre tanto silencio y oscuridad, existan energías tan devastadoras que podrían acabar con todo lo que conocemos en cuestión de segundos. Los hay que, temerosos de tal poder destructivo, tratan de hacer acopio de riqueza o fama, antes de pasar a la historia. Pero cuando esto suceda, no quedará ni la historia... por lo que, ¿por qué perder el tiempo? Xtraterrestre sobrevuela la realidad desde un punto de vista realista, pero con un núcleo de optimismo que lo mantiene en órbita, fundamentado en el amor, la honestidad y la esperanza.

Tras la disolución de Sogorda y Surfea, me planteé continuar trabajando en formato banda: un dúo, un trío... Pero son tales las distancias en el cosmos y tan inabarcables los tiempos entre astros, que consideré mejor el continuar en solitario para, así, no seguir contribuyendo al desmesurado crecimiento de la entropía del universo que, tarde o temprano, acabará con nosotros. No querría ser responsable de eso.

El formato one man band me permite un control total sobre todo el proceso de composición, salvo en los momentos en los que el miedo o las dudas, con su temible capacidad tractora, se adueñan de la situación. En este instante, es fácil sentirse como el único habitante de un planeta solitario y desolado que mira hacia el cielo esperando una señal... pero el polvo de la atmósfera eclipsa las estrellas y la luz no alcanza la superficie.

Un local en silencio puede ser bello, pero también aterrador y opresivo. Siempre trato de abrir una ventana hacia el exterior y de asomarme por ella de vez en cuando para no perder la perspectiva. Para mí es imposible desarrollar un proceso creativo sin mantener ese contacto con la realidad (o la ficción) del mundo en el que habitamos, ya sea a este o al otro lado de la troposfera.

La instrumentación de Xtraterrestre no nació en su actual formato, sino que hay ido creciendo y formándose a medida que avanzaba el proyecto. Al principio, el único elemento que utilizaba era una guitarra, que loopeaba para tratar de sacar todas las texturas posibles de una banda. Posteriormente, dada la limitación con la que trabajaba, empezaron a entrar elementos como percusión, teclado, sintetizador, theremin o voz, que fueron completando y perfilando lo que es Xtraterrestre en la actualidad. Creo que el cambio constante es un elemento estabilizador capaz de mantener vivas las historias y confío en seguir experimentándolo en el desarrollo de este proyecto.

De cara al futuro, no me cierro a nada. No sé lo que puede venir, por lo que barajo todos los escenarios posibles. De momento, me gustaría seguir creciendo en el estudio y grabar algo pronto. Tengo bastante material en espera y no querría que se caducara antes de ver la luz. Mientras tanto, me gusta visitar esos universos en sí mismos, que son los escenarios, y contar mi historia a quien le apetece escucharla: una historia de viajes entre las estrellas, explosiones solares y fenómenos inexplicados. No pretendo evangelizar ni enseñar nada; solo mostrar lo que veo o lo que siento... que a veces ni para mí tiene sentido.