JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 09/03/2010

MAGIC tuvo su momento estelar en la primera mitad de la década de los ochenta, cuando fueron una formación homologable con las bandas de rock duro y heavy metal del momento, con algunas se midieron de tú a tú y... ¡habitualmente se las "comían"! Pero el infortunio les impidió dejar legado reproducible y consecuentemente acceder al nivel de los pesos pesados del ramo; posteriormente fueron perdiendo fuelle con otras marcas: Dirección Prohibida, Belem Belem, Resistencia, Balasera... cada vez en un tono más crepuscular y de supervivencia. El núcleo duro de aquel grupo se reactivó hace un par de temporadas con ganas y un repertorio que dejó muchos amigos en su momento, aunque (y en ello disiento) por su simplismo literario no siempre han sido muy bien tratadas por el tiempo algunas letras. Curiosamente, el sector en el que se movían se ha ido tan al extremo que lo que ellos practican a día de hoy ha perdido cualquier calificativo más allá de rockandroll, enérgico y brioso todo lo más, con piezas homologables incluso con algunos grupos de pop. Es lo que tiene treinta años pasados, que los que entonces era hasta radicalismo metálico hoy es un coherente y perfeccionista ejercicio de AOR (rock para adultos).

Magic estrenaron el domingo en la madrugada su 'Versión original', un disco que sale con tres décadas de retraso en la coqueta sala de la AMSUR. Replicants fueron sus teloneros, una tropa de "covers" con una garganta muy negra al frente por más de que sea pelirroja e italiana. Tras ellos y entre sones operísticos asomaron arrancando con 'Ayúdame' y... lo primero que llamó la atención fueron las perfectas cualidades vocales de su cantante (lo primero que suelde perder rendimiento con los años) y la pulcritud sonora en una banda, antaño bastante más comprometida. 'Comediantes', 'Betty y Vilma', 'Dame una noche', 'Niña' son otros de los clásicos de su repertorio, salpimentado con algunas versiones de coetáneos suyos como Rainbow o Whitesnake (otros a los que el tiempo ha quitado hierro también); 'El Reloj', 'Traidor' o la confesional 'Rocker' son parte también de la historia de Magic y sus seguidores que llenaban la sala. Impecablemente expuestas para el tiempo pasado en la nevera, como reseñables son las habilidades de Juan Carlos Rosario y Francisco Morales en el engranaje de guitarras (¡exactos aún en los dobles punteos!), o el perfecto entendimiento de los "jóvenes" añadidos Pablo Román (en el papel de Antonio Ramos, que casualmente tocaba esa noche con Estopa en Atarfe) y José Pedro Rosario en la batería. Entre el público estaba también el primer cantante de la banda, Javier Martín, posterior manager y activo agitador musical de la ciudad a lo largo de un decenio.

Pero para que no todo lo relativo a Magic se tenga que escribir en tiempo pasado (casi remoto) y puedan ser una marca, no de anecdótico presente, sino con algún futuro (aunque sea a tiempo parcial), urge que se pongan al día sobre todo en canciones e intenciones, y ese proyecto conjunto de regrabación completa, junto con TNT y Nasdat, del 'Rimado de Ciudad' de Luis García Montero puede ser un (muy mediático) primer paso para revolver a favor tiempo y espacio.