JUANMA CANTOS  |  Jaén, 23/08/2017

De cómo una fiesta de amigos se convierte en "el festival del doomingo". O de cómo la excusa de no renovar el contrato de alquiler de un chalet reúne a cuatro grupazos y a una treintena de rockeros en torno a unos amplis, una piscina y ganas de diversión. Podrían ser los dos temas de este artículo, aunque lo verdaderamente importante del OLIVAMAL FEST. fue demostrar que, con ganas, cariño por lo que se hace y buen rollo, la música en directo puede llegar a cualquier parte. En tiempos de pocas oportunidades manda el "do it yourself".

La cita, de las que realmente se convierte en ineludible: Convocados por el grupo jiennense Santo Rostro, treinta afortunados invitados pudimos disfrutar de un domingo con cuatro grupos radiantes que lo dieron todo en la explanada entre árboles de un chalet en la urbanización residencial de verano Puente Nuevo de Jaén el pasado domingo, 20 de agosto.

Abrieron unos finísimos Buensuceso, banda que ya se está consolidando en la búsqueda de algo tan difícil como es captar las atmósferas de un rango musical amplio que va de Mogwai a Neurosis, pasando por Explosions In The Sky, Red Sparowes, Fugazi o Cult of Luna, para darles una personalidad propia, revestida en metal. Su segundo trabajo discográfico, 'Analogy: The Sun | Divided Line', editado por el sello inglés Third I Rex junto al andaluz The Braves Records, muestra ese sonido a caballo entre el post-rock y el doom que el quinteto de Mancha Real (Jaén) lleva al directo cada vez con más acierto, pese a la dificultad de la empresa.

Les siguieron los cordobeses Grajo. Clase y elegancia en una propuesta stoner-doom, metódicamente pausada gracias al peso de la batería de Félix, y que alcanza picos de gran intensidad en los estudiados desarrollos de las guitarras de Josef y en el bajo pleno de distorsión de Pistolo. La preciosa voz de Liz marca el contrapunto y personaliza el distintivo sonido de unos temas brillantes, registrados en su álbum homónimo. Presentaron también nuevas canciones que estarán incluidas en su nuevo trabajo, que comenzarán a grabar en breve. Alguien desde el público lo gritó con acierto: "Grajo suenan del carajo".

La sorpresa de la noche llegó con KLS (en la foto), inclasificable banda castellonense que descargó balazos en forma de rítmicamente elaboradas canciones de un poco más de minuto, de una intensidad brutal, que hicieron que el público se arremolinase alrededor de ellos en el improvisado escenario desde el primer guitarrazo. Hardcore, post-punk, grind, experimentación... caben en su amplia y atractiva propuesta.

Para finalizar la fiesta, uno de los grupos más destacados y espectaculares, sin duda alguna, en el cada vez más rico panorama doom y sludge nacional: Santo Rostro. Autores de uno de los discos del año, 'The Healer', el trío jiennense ha sabido asimilar, y, lo que es más importante, compilar en un sonido propio diversas influencias que van desde el rock de los setenta al grunge, con paradas en el metal y en el stoner, y que exploran el blues y el flamenco. Se nos hizo muy corto su intensísimo set de despedida del "chalet del rock", pero el embrujo tenía que terminar a medianoche.